Deportes | 09 Feb “Mirá: Uruguay tiene que ganar porque Argentina, con un empate, es campeón”. La frase le corresponde a una señora entrada en años, seguramente a su nieta a la que llevaba de la mano en el Montevideo Shopping. Así de fuerte caló entre los hinchas la finalísima que jugaron el sábado Uruguay y Argentina en el Estadio Centenario, en la definición del Sudamericano Sub 20. A nadie en Montevideo se les escapó el hecho del clásico, de cómo se definía el título, y hasta de las declaraciones previas del técnico albiceleste, que había mencionado que el clásico argentino era con Brasil.
Por eso era de esperarse que la última fecha del Sudamericano fuera una fiesta. Y así fue. El clima fue el mejor, el público --de todas las edades-- llegó temprano a la cancha aunque, claro está, el plato fuerte fue el convocante para esta ocasión.
Unos 500 hinchas argentinos, ubicados sobre la Tribuna América sobre la Colombes alentaron a sus jugadores cuando llegaron escoltados por la Policía al Estadio Centenario. Y ni que hablar lo que fue la llegada de los celestes, que incluso bajaron a la platea América y fueron saludados por los simpatizantes celestes que ya iban llenando las tribunas del monumento al fútbol mundial. Mientras, festejaban los goles de Colombia sobre Brasil.
Fue a las 21.15 cuando llegó el presidente de la AUF, Wilmar Valdez, y 15 minutos más tarde lo hizo el cuerpo técnico de la selección mayor, liderado por Oscar Tabárez.
El Estadio Centenario se fue vistiendo con un colorido impresionante. A las 22 el equipo argentino saltó a la cancha desde el vestuario visitante, en medio de una silbatina generalizada que lamentablemente se extendió durante el himno de la vecina orilla. Y durante las estrofas del Himno Nacional uruguayo, el estadio literalmente explotó siendo, sin dudas, el momento más emocionante de la última jornada del torneo continental.
Los equipos cambiaron de cancha tras el sorteo, y la pelota comenzó a rodar. El resto es historia conocida.