Opinion | 03 Feb Al asumir el cargo de presidente de la República el próximo 1º de marzo, el nuevo mandatario, Dr. Tabaré Vázquez, entre otros aspectos relacionados con la política comercial y exterior del Uruguay, se encontrará con una situación prácticamente congelada respecto a su primera Presidencia en cuanto al relacionamiento del país y sobre todo del bloque mercosuriano con la Unión Europea, por cuanto sigue sin concretarse el acuerdo comercial del Mercosur con la Unión europea como hace más de diez años, cuando empezaron las negociaciones.
Asimismo, el Mercosur adolece de los mismos problemas de siempre, e incluso se han congelado o estancado las negociaciones entre ambos bloques, lo que ha generado un statu quo sumamente preocupante, porque estamos atrapados entre un acuerdo regional inoperante y la imposibilidad de celebrar acuerdos comerciales de libre comercio que nos de ventajas comparativas para colocar nuestros productos.
Ocurre que las negociaciones entre el Mercosur y la Unión Europea (UE) para alcanzar un Tratado de Libre Comercio (TLC) continúan congeladas y todo el proceso de enlentecimiento que signa la relación entre ambos bloques coloca un manto de duda sobre lo que finalmente que pueda concretarse.
Con el cambio de gobierno en nuestro país, igualmente se generan nuevas expectativas entre los empresarios en cuanto a las reales posibilidades de modificar este estado de cosas, y es así que incluso según da cuenta El País, empresarios europeos sostienen que Uruguay debería avanzar en solitario --si la negociación sigue dilatándose-- y firmar un acuerdo directo con la UE. En el gobierno electo, la idea que se maneja es la de avanzar como bloque, pero si la negociación se tranca o demora, se inclinaría por el camino del “mano a mano” con la UE.
Una de las opiniones que se han conocido en este sentido es la de Paul Riezler, presidente de la Eurocámara Uruguay y de la Cámara de Comercio e Industria Uruguayo-Alemana, quien por su actividad ya mantuvo algún contacto con el gobierno entrante.
Riezler se manifiesta escéptico con el funcionamiento del Mercosur como bloque comercial y cree que “no existe”. Es consciente de todos los beneficios que aparejaría la firma de un acuerdo con la UE y ante esa importancia cree que “Uruguay perdió el tiempo”.
Consideró que es una excusa que la única posibilidad de firmar un TLC con la UE sea a nivel de “bloque a bloque. Lo que se dice es eso, que la UE negocia con bloques; pero resulta que la UE negoció acuerdos con Chile, México, Colombia, Perú. Entonces, los hechos demuestran que Europa en teoría dice que no firma, pero en la práctica lo hace”, dijo Riezler a El País. “Honestamente, se perdió el tiempo. ¿Si esos países lo hicieron, por qué no lo puede hacer Uruguay?”, añadió.
Este planteo del presidente de la Eurocámara Uruguay es un ingrediente nuevo en cuanto a la discusión que se ha abierto en el país con relación al escenario regional y el corsé que significa el bloque mercosuriano para el Uruguay. Y sin lugar a dudas uno de los obstáculos clave para concretar avances en las negociaciones con la UE --que también tiene sus exigencias y condiciones, naturalmente-- es la postura del gobierno de Cristina Fernández de Kirchner, el que ha sido uno de los que menos disposición mostró en los últimos tiempos para acercarse a la UE, en tanto Brasil, Uruguay y Paraguay son los que mayor interés demostraron en el acuerdo comercial.
Pero Riezler es contundente al respecto: “O Uruguay lo hace a través del Mercosur o lo tiene que hacer solo. Pero no dentro de tres años, el momento es ahora. El país no puede perder más tiempo”. En su opinión, si bien es correcto apoyarse en Brasil para las negociaciones --ponerse detrás del “hermano mayor”, para que sea él quien se defiende y recibe los golpes--, “en algún momento hay que madurar: o lo hacemos con ellos o lo hacemos solos”.
Como en toda situación, hay que saber evaluar los pro y los contra de una decisión, y reconoció que una firma bilateral entre Uruguay y la UE le podría traer al país inconvenientes con sus socios del Mercosur. Pero entiende que esos problemas se deberán resolver “políticamente”. Avanzar en el acuerdo directo es mucho más importante que los “buenos o malos” negocios que se puedan desarrollar con Argentina, expresó.
Claro, estamos ante un representante o delegado de una institución especialmente interesada en fomentar el comercio de nuestro país con Europa, pero es un punto de vista atendible en lo que refiere a la evaluación costo-beneficio. De todas formas, este panorama debería ser muy bien evaluado por el próximo gobierno, por cuanto implica entrar en un cambio de estrategia comercial y en ese sentido, Riezler dijo que “veo al gobierno muy firme y decidido a dar los pasos correspondientes dentro del Mercosur. Pero si no ve que rápidamente pasa algo creo que la visión del gobierno es decir: bueno, si no vamos todos juntos, vamos a tener que ir solos”.
En cuanto a los últimos pasos en pro de concretar, a fines de julio del año pasado, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay acordaron finalmente una oferta única para negociar el TLC con los países europeos. Y allí se ingresó en una etapa que consiste en el intercambio de las propuestas comerciales para que se pueda avanzar.
En noviembre asumieron las nuevas autoridades de la Comisión Europea y allí se aguardó por conocer el cronograma de fechas para el intercambio de las ofertas. Pero aún no se registraron avances, y ello implica que la Administración Vázquez, seguramente en consulta con todos los actores involucrados, deberá reconsiderar con sumo cuidado y altura de miras, despojada de visiones ideológicas --el futuro canciller Rodolfo Nin Novoa parece decidido a tener esta actitud-- hasta dónde puede llegar el cambio de estrategia, y tratar de cambiar el rumbo sin salir del Mercosur, posiblemente, porque estamos en la zona, pero sí considerando alternativas que hasta ahora no han sido tenidas en cuenta o desestimadas.