Locales | 23 Feb Un automóvil Ford A del año 1931, versión dos puertas, pintado en azul con sus guardabarros negros, se hizo ver allá en la zona este de la ciudad. Un ejemplar muy bien presentado, tras una completa restauración, o lo que viene a ser un excelente referente de un clásico de la industria automotriz mundial, el segundo gran éxito de la Ford Motor Company, que producido a partir de octubre de 1927 llegó a vender 4.320.446 ejemplares.
Este Ford A pertenece a Néstor Conde, quien manifestó que hacía seis meses que lo tenía en su poder. El auto había tenido solamente dos dueños. Ya en poder de Conde, fue restaurado totalmente, repasando el chasis, trabajando en la chapa y la pintura para la carrocería, como asimismo un repaso general en lo que hace a la mecánica. Fue pintado en azul con los guardabarros negros, un detalle que fue general en la vida de los modelos A de Ford. Las llantas y rayos se pintaron en amarillo.
Se trata de un dos puertas con todos sus elementos originales. Los faros sobre la barra horizontal, al lado del torpedo del motor, con su clásica parrilla. El parabrisas común a los Ford A, la cuadrada luneta trasera. El detalle de los estribos que une los guardabarros. La rueda auxiliar está adosada a la parte posterior.
En el interior, el tapizado a nuevo, dos butacas delanteras y un asiento trasero. Obviamente que el impulsor es el clásico motor de cuatro cilindros, con caja de cambios de tres marchas.
Sin duda, un clásico de Ford a través de los años. Un auto construido para durar décadas y, restauración mediante, llegar entero hasta nuestros días.