Paysandú, Viernes 27 de Febrero de 2015
Rurales | 26 Feb Varios casos de abigeato, algunos de ellos con la particularidad de que le dispararon a un toro y no lograron matarlo a pesar de la evidencia en el animal, están generando conmoción en varios departamentos, causando mayor preocupación entre los productores “la liviandad” con que la justicia dirime las causas, muchas veces con el confeso autor procesado sin prisión a pesar de las pruebas.
En las últimas horas se informó que otro toro de pedigrí fue atacado a tiros en Cerro Largo, como aconteciera hace pocas semanas con un reproductor de la cabaña del actual presidente de la Asociación Rural del Uruguay (ARU), Ricardo Reilly Arrarte –también muerto de un tiro--, y descubierto el caso tras la utilización de la técnica de ADN del animal para identificar a los autores del delito, por técnicos del Instituto Nacional de Carnes (INAC).
Días atrás, el principal de cabaña “Soy Miguel” de la firma Becalín SA denunció que intentaron matar a un toro Polled Hereford, que justamente estaba previsto vender en los próximos días.
El animal apareció con un disparo de arma de fuego en la cabeza, aunque no llegó a morir, pese a que le habrían disparado para faenarlo, según estima la Policía local. Juan Manuel López, capataz del establecimiento, señaló que encontró en el campo al toro con la cabeza ensangrentada, sobre el alambrado de la ruta. De inmediato dio aviso a la Policía, ya que comprobó que se trataba de un plomo que le había entrado por la frente y salido por el ojo, no penetrando el hueso. “Tengo miedo, en cualquier momento nos matan a nosotros. Matan una vaca, una oveja, les sirve todo y siguen matando y nadie controla nada. Estamos arriesgando nuestras vidas en la campaña”, advirtió a El País. “Uno no sabe lo que puede pasar, porque igual vienen a robar y nos ven y para borrar pruebas nos fusilan”, dijo López.
EN SALTO
La semana pasada en la zona de Laureles, departamento de Salto, a unos 75 kilómetros al Este de la capital salteña, fueron faenadas tres vacas del plantel de un productor.
La situación genera impotencia entre los productores, que no logran comprender hasta donde llega la “maldad de los malhechores, quienes solo utilizan algunas partes del animal”.
El presidente de la Liga del Trabajo de Guichón, Fernando Lasaga, señaló a través de las redes sociales que “continúa el abigeato en nuestros campos, con organizaciones para faena y venta de carne clandestina, sin control alguno”.
Entiende que de parte del gobierno surgen “pocas soluciones hacia el problema, agravado todavía con la escasa y/o nula presencia policial en el medio rural hoy en día”.
Se pregunta “¿hacia dónde vamos como país? Ya no hay valores, respeto por la propiedad privada, educación; se viola la Constitución, no hay control de nada, ni hablar de seguridad, corrupción, etcétera”.
Quienes procuran soluciones también se preguntan cómo, existiendo tantas organizaciones defensoras de los derechos de los animales, alguna debería sensibilizarse ante esta forma cruel de matar animales y elevar su voz de protesta pidiendo soluciones contra el abigeato.
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