Locales | 26 Feb Los proyectos que pretendieron llevarse a cabo en las instalaciones del excolegio Don Bosco definitivamente han quedado en el olvido; poner a punto las monstruosas instalaciones se ha transformado definitivamente una utopía.
Ya durante la administración de Julio Pintos, la Intendencia había anunciado una serie de pasos a dar para, incluso, que las instalaciones se transformaran en el fallido Palacio de los Deportes. Durante la administración de Bentos, en tanto, se dieron varios pasos que apuntaban a que finalmente se iban a poder desarrollar algunas actividades en el edificio, y que al fin podría el Don Bosco oficiar de alojamiento para delegaciones deportivas.
Pero nada estuvo más lejos de la realidad. Para contar las actividades que allí se han desarrollado sobran los dedos de una mano, dado que el edificio nunca pudo quedar en condiciones, teniendo en cuenta que hacer habitable tan añeja construcción y que no ha recibido el mantenimiento adecuado a lo largo de su historia, significaría llevar adelante una inversión millonaria. La Intendencia tiene el usufructo de las instalaciones, comodato mediante, y si bien en su momento hasta surgió la idea de cerrar ese vínculo con la Asociación Sanfranciscana, se espera que en los próximos días se lleve a cabo una nueva conversación entre el párroco Daniel Silva y el secretario de Deportes de la Intendencia, Pablo Curbelo, aunque “no se ha planteado dar de baja el comodato porque queda poco tiempo” .
“Ya se puso en conocimiento a Silva de la situación del Don Bosco, quedamos en juntarnos para ver si se puede hacer algo, pero en el plazo que queda (de la actual administración) es difícil”, dijo Curbelo al ser consultado al respecto.
Lo cierto es que las instalaciones no han podido presentar mejorías más allá de aquella “lavada de cara” con pintura que nunca surtió demasiado efecto, teniendo en cuenta que el gran trabajo realizado fue en la azotea, y no fue llevado a cabo como correspondía, al punto que poco después de que se invirtiera la mayor parte del dinero aportado por el convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas el techo volvió a “lloverse como afuera”.
“Ahora hay lugares en los que sigue la humedad en el techo”, dijo el secretario de Deportes, quien comentó que “se ha trabajado en lo que se ha podido, hemos tapado muchas ventanas rotas con cartón para que no siguieran entrando las palomas, porque en realidad lo que se hubiera necesitado era una gran inversión en rejas y tejido en todas las aberturas exteriores”.
Lo cierto es que los planes ideados para intentar levantar al Don Bosco no dieron resultado, los trabajos realizados tampoco, y si se tiene en cuenta que se vienen las elecciones departamentales, que la asunción del nuevo gobierno nacional puede adormecer algunos aspectos administrativos como por ejemplo un nuevo convenio con el Ministerio de Transporte y Obras Públicas --que ya fuera solicitado en su momento pero el trámite quedó en el olvido-- es lógico pensar que nada cambiará en pocos meses. Hoy el Don Bosco está vacío, con un funcionario municipal desde la mañana y hasta las 18. Pero no hay actividad. El comodato, que tuvo variantes dado que los franciscanos habían solicitado parte del edificio, está vigente pero este monstruoso elefante blanco seguirá sin poder levantarse.