Deportes | 27 Feb Uno reclama que se le pague por el trabajo, y el otro para que la empresa se haga cargo porque la tarea fue mal realizada, al punto que una treintena de luminarias se quemaron debido a su mala colocación, según habrían determinado las pericias. Más o menos así están las cosas, en la Justicia, entre la Intendencia y la empresa que fuera contratada para la colocación de las luminarias que fueran donadas por UTE, y que permitieron el recambio de los focos que databan de 1995.
Lo bueno, dentro de todo, es que no se han quemado más luces después de aquella andanada inicial de focos que dejaron de funcionar apenas fueron instalados.
“La información que me han brindado al respecto desde Asesoría Jurídica de la Intendencia es que, con los paros judiciales que ha habido, no se ha llegado todavía a ninguna audiencia”, dijo Pablo Curbelo, secretario de Deportes, al ser consultado al respecto.
Lo cierto es que el cambio de las luces del Estadio Artigas terminó siendo un dolor de cabeza. UTE, en el marco del denominado legado de sus 100 años, compró a la empresa Cablex SA las nuevas lámparas y las donó a la Intendencia para que el máximo escenario futbolístico de nuestra ciudad contara con nueva iluminación.
Por lo tanto, la comuna contrató a una empresa privada para el cambio de las luminarias, que fueron calibradas para que todas apuntaran, a diferencia de las viejas, al campo de juego.
Todo pintaba de la mejor manera, hasta que una vez encendidas las torres, y con el paso de las horas, varias de las nuevas luminarias comenzaron a quemarse sorpresivamente.
Por eso en su momento la Intendencia decidió que no se tuviera actividad nocturna en el Estadio, no encender las luces, y realizar las consultas pertinentes para intentar conocer el motivo de lo que estaba sucediendo.
La empresa Cablex recomendó que las luces estuvieran encendidas durante 100 horas para determinar cuál sería la cantidad exacta de luminarias que se quemarían; y en total, cumplido ese período de tiempo (sumando las ya quemadas con anterioridad) fueron 33 los focos que dejaron de funcionar. Todo fue certificado por escribano.
La empresa que proveyó las luminarias a UTE envió incluso personal especializado para evaluar las luminarias quemadas, lo que aportó datos con respecto al por qué esas 33 lámparas se quemaron una vez instaladas.
Después, lo conocido. El Estadio volvió a tener actividad nocturna, aunque no con la totalidad de la iluminación artificial, y mientras la empresa que realizó la instalación de las nuevas luminarias reclama que se le pague por el trabajo realizado, la Intendencia pretende que se haga cargo de las lámparas 33 lámparas que se quemaron por, según indicarían las pericias, su mala instalación.