Paysandú, Jueves 05 de Marzo de 2015
Rurales | 27 Feb Indudablemente para el sector agrícola no es lo mismo hacer inversiones con la soja a más de 500 dólares que a 370. “No es lo mismo, porque tener márgenes en el secano permite hacer inversiones y, además, la única tecnología que permite elevar los rendimientos en forma segura es el riego”, aseguró a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Giménez.
Para el investigador en riego de la Estación Experimental “Dr. Mario A. Cassinoni” (Eemac) de Facultad de Agronomía, el crecimiento del riego en Uruguay “dependerá de los precios de los granos y de los commodities en general”. Reconoció que en el país “habrá un apoyo significativo para fuentes de agua, porque hay mucha gente que quiere regar y no tiene fuente”. Eso “es fundamental, porque se puede comprar un equipo de riego, pero si yo no tengo una represa o una fuente natural de agua no podré regar”, acotó.
Explicó que el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP) “va a co-liderar con el Banco Mundial para tener en el próximo período de gobierno, un programa de riego muy importante para el país”. Incluso citó que durante el Tercer Seminario Internacional de Riego realizado el año pasado en Paysandú, “el Banco de la República indicó que tiene planes de financiamiento de estructura de riego a pagar en 20 años”.
Si los productores y técnicos toman conciencia “de que tenemos la principal limitante en los cultivos de verano, y siguen siendo los cultivos de verano el motor de crecimiento del agro nacional, creo que esta tecnología seguirá incrementándose, esperando que sea de forma más acelerada”, precisó Giménez. Reconociéndolo como uno de los puntales de las políticas públicas del MGAP, sostuvo que la continuidad de Tabaré Aguerre “será importante para el desarrollo del riego en el país”.
LIMITANTE
Durante la primavera y verano, Uruguay tiene una alta capacidad para producir biomasa vegetal (granos), y también a partir de las pasturas, leche y carne. Esto sucede por las altas radiaciones solares y temperaturas, “que es el motor de la producción vegetal”, mencionó el técnico. Pero “tenemos una limitante --la principal en los cultivos de verano-- que es la disponibilidad hídrica. Esto no depende de la cantidad de lluvias, porque estamos acostumbrados a tener inundaciones o excesos hídricos”, acotó.
El problema para el profesional “es que no tenemos capacidad para almacenar el agua. Incluso el propio presidente de la República hace algunos días indicaba que el 90% del agua de lluvia se transforma de dulce a salada, y es absolutamente cierto. Esto se da porque tenemos una capacidad baja para almacenar agua en los suelos, porque la profundidad es relativamente escasa. Nuestros suelos agrícolas van entre 70 y 100 centímetros, y después por abajo no tenemos suelo agrícola”, puntualizó. “Por otro lado, tenemos topografía que se pierde en forma bastante significativa el agua de lluvia”.
Para dejar muy en claro el tema, señaló que “el cultivo de arroz, el único regado el 100% del área, obtiene los mayores rendimientos mundiales por hectárea. Esto pinta claramente la capacidad de producir grano que tenemos en Uruguay”.
Al referirse a lugares en el país en donde tradicionalmente se planta arroz y los productores se reconvirtieron a la soja --o probaron con este cultivo--, Giménez indicó que en los suelos del Este y en las zonas de lomadas sí se puede hacer soja, pero en los suelos planos de los bajos es imposible. En cambio en la zona norte del país, hay muy buenas condiciones para producir soja. Porque los suelos no son tan planos como los del Este del país”, dijo Giménez, citando casos en Salto de rendimientos “muy adecuados, porque a la alta radiación solar se le agrega el agua por riego, entonces los rindes van de los 4.000 a 5.000 kilos por hectárea”.
INVERSIONES
Refiriéndose a la obtención de dinero para investigaciones en riego en la Eemac, Giménez consideró que hace 15 años “era muy difícil” conseguirlo. En los últimos diez años y desde el programa Prenader se ha logrado financiamiento, fundamentalmente estatales. “Tuvimos un proyecto FPTA, que son fondos de INIA, Fondos de Promoción de Tecnología Agropecuaria, en donde durante tres años realizamos un proyecto en conjunto con la gente de Pasturas y los de Hidrología del sur del país para riego de cultivos y de pasturas”.
“Se cuenta posteriormente con un financiamiento de la Agencia Nacional de Investigación e Innovación (ANII), en donde concursamos por fondos, al presentar proyectos con el resto de las entidades de investigación”, dijo y reiteró que los fondos principalmente “provienen del Estado”.
ÁREAS DE ESTUDIO
Hoy existen básicamente dos grandes áreas de estudio en la Eemac. “Una es sobre el manejo del agua en el riego”, sostuvo Giménez, quien remarcó que el riego en Uruguay “es una tecnología cara, por las inversiones en los equipos y lo que se denomina costo directo, porque cada vez que se prende un equipo de riego, estoy gastando energía, que en Uruguay es cara”.
“Uno de los temas centrales es bajar los costos. Esto puede ser posible estudiando diferentes manejos del agua en el riego”, subrayó el técnico. Explicó que el riego full (durante todo el ciclo) “tiene grandes respuestas en el rendimiento, pero es caro”.
De ahí a que se esté estudiando otras formas de riego más estratégico: “Nosotros regamos solo en el período en donde se define más cantidad de rendimiento”. Otra forma de riego, la que denominó “riego deficitario controlado”, es regar menos láminas de las que se necesita, “estudiando ahí cuánto baja el rendimiento en relación al full”.
Otro aspecto tiene que ver con el manejo del cultivo: en maíz “se trabaja en población; no es lo mismo tener un cultivo de secano que un cultivo en riego: el material genético, la población, la fecha de siembra --es lo mismo sembrar temprano que tarde--, etcétera”.
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