Paysandú, Viernes 06 de Marzo de 2015
Rurales | 02 Mar El director técnico de la Dirección General de Servicios Ganaderos, José Gallero, manifestó a El País que al finalizar la auditoría sanitaria de Japón, “el jefe de la misión japonesa dijo que tenía una impresión favorable y que vieron lo que habían venido a buscar”.
Tres especialistas en análisis de riesgo recorrieron durante la semana pasada los frigoríficos Carrasco (de la brasileña Minerva) y La Caballada (de la brasileña Marfrig) y establecimientos ganaderos donde vieron la vacunación del rodeo bovino contra fiebre aftosa --coincidiendo con el primer período anual de inmunización--, revisaron documentos oficiales y vieron los controles en el Aeropuerto Internacional de Carrasco, el Puerto de Montevideo y el paso de frontera de Fray Bentos.
La misión tuvo como objetivo corroborar en terreno la información requerida para elaborar el análisis de riesgo previo a la apertura del mercado para la carne vacuna desosada y madurada, pero los auditores pusieron un énfasis muy especial en el control de la fiebre aftosa y en las garantías que ofrece la secretaría de Estado para demostrar que no hay circulación viral.
Uruguay quedó de enviar “alguna información adicional que solicitaron según las entrevistas de estos días, donde van surgiendo cosas nuevas”, explicó Gallero. A partir de esta etapa, ahora el grupo de análisis de riesgo que conformó la misión en Uruguay se reunirá con el Consejo de Salud Animal, luego haría un reporte del resultado de la misión al Comité de Riesgo y éste notificará a Uruguay el resultado. Si todo sigue favorable, las etapas siguientes incluirán la elaboración de los requerimientos para el ingreso de carne fresca a ese mercado y por último la notificación al país interesado y los requerimientos establecidos para ese ingreso de la materia prima, así como el listado de plantas habilitadas para exportar.
La misión japonesa puso mucho hincapié en los controles y las garantías que otorga Uruguay en la lucha contra la fiebre aftosa. Es más, los auditores vieron en dos predios cómo se vacunaban los bovinos contra la enfermedad. “Querían, de alguna forma, tener claro cuáles eran las principales fortalezas del sistema de vigilancia. Por otro lado, tener claro las fortalezas del sistema de vacunación, que va desde la compra de la vacuna (por parte del Estado), su distribución a los productores y cómo se controla la aplicación en el ganado”, explicó a El País el director técnico de los Servicios Ganaderos.
También se les mostró a los auditores los resultados de muestreos serológicos, no solo para demostrar ausencia viral, sino para mostrar la protección del rodeo dada por la vacunación. Todos estos pasos se articulan en la cadena de certificación oficial. Indicó que “en un predio que vieron vacunación se leyeron animales en el tubo, se ingresó al Sistema Nacional de Información Ganadera, que es el encargado de garantizar la trazabilidad, y se vio que esos animales que se habían leído estaban en ese predio”.
Japón compró carne bovina hasta el 2000, cuando Uruguay fue sacudido por la primera epidemia de fiebre aftosa que solo afectó al departamento de Artigas. En ese entonces, llevaba algunos cortes de la rueda con hueso, por los que pagaba muy buenos precios. Ahora, una vez que se vuelva a entrar, habrá que sondear nuevos productos.
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