Paysandú, Lunes 09 de Marzo de 2015
Opinion | 08 Mar Hoy es el Día Internacional de la Mujer, así que ¡feliz día, mujeres! Este año el lema es “Empoderando a las mujeres, empoderando a la humanidad: ¡Imagínalo!”, y busca generar conciencia de que mujeres y hombres valemos lo mismo. Según la Organización de las Naciones Unidas, “es un buen momento para reflexionar acerca de los avances logrados, pedir más cambios y celebrar la valentía y la determinación de las mujeres de a pie que han jugado un papel clave en la historia de sus países y comunidades”.
El lema de este año “recrea un mundo en el que cada mujer y cada niña puede escoger sus decisiones, tales como participar en la política, educarse y vivir en sociedades sin violencia ni discriminación”. Este año, además, “destaca la Declaración y Plataforma de Acción de Beijing, un plan histórico firmado por 189 gobiernos hace 20 años para materializar los derechos de las mujeres. Si bien los logros han sido varios desde entonces, las brechas que persisten son muchas y profundas”.
El secretario general de la ONU, luego de mencionar la situación que viven miles de mujeres en lugares como Nigeria, Somalia, Siria e Iraq, reclamó “adoptar una postura internacional clara contra este asalto total a los derechos humanos de la mujer. Envío un mensaje a cada niña que nazca hoy, y a cada mujer y niña del planeta: el ejercicio de los derechos humanos y la igualdad no es un sueño, es un deber de los gobiernos, de las Naciones Unidas y de todos los seres humanos”, dijo Ban Ki-moon.
Además, la directora ejecutiva de la ONU Mujeres, Phumzile Mlambo-Ngcuka, llamó a lograr la paridad de género antes de 2030, a fin de evitar el lento ritmo de progreso que condena a los niños que nacen hoy a esperar 80 años antes de ver un mundo con igualdad. Instó a los países a “dar el paso” por la igualdad de género para alcanzar un “Planeta 50-50” antes de 2030.
¿Y por qué tantos llamados a reclamar cambios? Es que ser mujer, en todas las culturas, implica más esfuerzo que ser hombre. Pero hay casos llamativos --hasta podrían calificarse de increíbles o ridículos a esta altura de la historia de la humanidad--, como en Arabia Saudí, donde a ellas no les está permitido conducir por no tratarse de un “asunto de mujeres”. Además, la fémina debe estar supervisada por un familiar, que puede ser desde su padre a su esposo, que actúa como guardián con la autoridad suficiente para permitirle trabajar en el tipo de negocios que estime adecuado para ella, viajar o incluso estudiar en la universidad. Además, en ese país se otorga más valor a la palabra del hombre, que vale el doble que el testimonio de una mujer a nivel jurídico.
Mientras que en Indonesia, una de las leyes más polémicas recientemente aprobadas obliga a las estudiantes a someterse a un test de virginidad previo al acceso a la universidad. O en Turquía, donde una mujer no puede aceptar un trabajo sin el previo consentimiento de su marido. O en Nigeria, donde en el estado de Kano las mujeres pueden ser castigadas o penalizadas por la participación en deportes o actos públicos. En cuanto a las leyes matrimoniales, los esposos nigerianos tienen potestad para golpear a su mujer si se trata de “corregir sus malos actos”.
Y si el lector cree que leyes como estas ocurren solamente en el Medio Oriente, pues está equivocado. En Arkansas, estado del centro-suroeste de Estados Unidos, se permite a los hombres golpear a su mujer o esposa con la limitación de que sea una vez al mes, según informa la agencia internacional Europa Press.
Claro que en Uruguay, felizmente, no ocurren casos como los mencionados, y por eso podemos decir que estamos bien en cuanto a leyes y respeto de los derechos de las mujeres. Pero falta mucho camino por recorrer, pues a nivel cultural la mujer sigue siendo la responsable (única, en la mayoría de los casos) del cuidado del hogar y los hijos, incluso aunque trabaje las mismas horas que su pareja. Muchas veces las mujeres se transforman en jefas de hogar, con todo lo que ello implica. Además, la violencia doméstica sigue dando titulares a los medios de comunicación, con 40 asesinatos de mujeres al año.
Aún muchas uruguayas necesitan aprender que, aunque hombres y mujeres no son iguales ni en lo físico ni en lo emocional, sí tienen los mismos derechos y obligaciones. Asimismo, se debe crear conciencia sobre el valor que tienen tanto dentro como fuera de sus hogares. Y para que las malas historias no sigan repitiéndose, es fundamental establecer el cimiento en la familia, porque los derechos humanos comienzan en casa. Es por eso que los padres deben formar hombres que traten con respeto a sus colegas, amigas y parejas, y féminas que no tengan una visión deformada, disminuida, de sí mismas.
No se trata de feminismo versus machismo, sino de igualdad y valía por el papel que las mujeres desempeñan en los más diversos ámbitos en que se mueven. Por eso es mucho más que un día para conmemorar o reflexionar, son los 365 días en que debe reconocerse el rol de las madres en el hogar, de las trabajadoras en las tareas más simples o en los cargos más jerárquicos. Pero nada le será reconocido si la mujer no reconoce su propio valor, su fuerza. Por eso el escritor español Ángel Ganivet dijo que “la mujer tiene un solo camino para superar en méritos al hombre: ser cada día más mujer”.
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