ESCRIBE EL DR. RODOLFO CANABAL

Locales | 17 Mar Los problemas, y en general las cuestiones que están vinculadas con el tránsito vehicular, han sido motivo de análisis en esta columna, por entenderse que son de interés general, y por tanto motivo pertinente de comentario en la presente. En el caso a analizar se han de comentar algunas observaciones realizadas durante determinado lapso en una esquina de la capital en la que se cruzan una vía calificada como “bulevar”, y una simple “calle”, en las que el tránsito en los dos sentidos de cada una es intenso. Se trata de bulevar España y José Ellauri, en Montevideo. La observación fue diaria durante un lapso suficiente para que los datos observados fueran aptos y bastantes para extraer algunas conclusiones.
En materia de los respectivos escapes se observó que, en general, los vehículos que se consideran “de paseo” se desplazan silenciosamente, aunque con excepciones, algunas severas. Pero se dan otras situaciones que causan en verdad preocupación, a las que se aludirá enseguida.
El caso en el cual se advierte el más alto descuido en materia de ruido vehicular es el de los que circulan en moto, pues son muchos los que lo hacen con muy alto ruido de escape, que alcanzan grados diversos en la violación de las normas respectivas. Pero dado que también se observa a quienes se desplazan en motos con escape silencioso, que no son mayoría, es claro, y poco explicable, que aquellos no se ajusten a lo que corresponde.
En materia de ruidos por no realizar lo necesario para implementar debidamente el silencioso, o silenciador, se adiciona el de los ómnibus. En efecto, muchos se desplazan silenciosamente, y ello se comprueba particularmente cuando están circulando en un repecho. Pero son también muchos los que al circular emiten intenso ruido que comprueba que la tarea de implementar los silenciosos no se hizo con la eficacia indispensable.
Y es notorio el alto número de motos que, además de emitir fuerte ruido a través de su escape, crean un alto grado de inseguridad al incurrir en importantes violaciones a las normas que buscan crear seguridad, incluida la circulación por veredas con gran riesgo para los peatones.
Otros aspectos observados son también importantes para poner en claro si se actúa bien o mal al desplazarse los vehículos. Al respecto es muy claro que no se procede correctamente cuando, quienes deben cruzar con su coche una vía determinada con semáforos no se preocupan por no trabar el tránsito que por ella ha de circular poco menos que de inmediato; lo traba el tener que detenerse su vehículo en pleno cruce por falta de lugar para su coche, lo cual impide luego la debida circulación de los vehículos que han de cruzar de inmediato por la transversal.
En tal indebida forma de intentar el cruce, cuando no hay lugar para hacerlo, son muchos los que incurren; es algo inexplicable. Lo que corresponde es cruzar solo cuando existe lugar para ubicar enteramente el vehículo una vez atravesada la transversal.
Otra infracción que se observa, cada vez con mayor frecuencia, es el desvío hacia la izquierda en cruces con doble circulación, lo que acredita la total incorrección de dicha maniobra. Y es indebido el uso que se hace de la “amarilla” cuando ya ha cumplido su finalidad, que es a su comienzo, aunque cada vez es más frecuente utilizarla indebidamente, lo que tiene el efecto, reiteradamente observado, de cruzar uno o más vehículos con la luz roja ya encendida, algo que, además de incorrecto desde el punto de vista de las normas que se deben tener presente, crea riesgo importante de colisión.
Finalmente, se considera que en la nómina de actores del tránsito que crean casos en los que se incurre en violaciones a las normas y riesgos para los peatones, se debe agregar el caso de los ciclistas, no todos ajustados a lo que corresponde cuando se desplazan en dichos vehículos, y hasta lo hacen en forma indebida por las veredas.
Tales son algunas observaciones realizadas en un lugar en el cual la intensidad del tránsito permite diariamente apreciar un vasto conjunto de situaciones, algo ciertamente útil para extraer conclusiones basadas en la realidad.