SEGÚN EL DOCTOR PABLO CAPUTTI

Rurales | 22 Mar Uruguay atraviesa “una turbulencia” señaló a EL TELEGRAFO el doctor Pablo Caputti, refiriéndose a la situación de los mercados agropecuarios, pero estableciendo claramente que el sector ganadero “tiene el cinturón de seguridad más fuerte para pasarla”. Al tiempo que marcó la diferencia con otros eventos que tuvo el país que fueron “tormentas, con rayos y centellas”.
El director de Información y Análisis Económico del Instituto Nacional de Carnes (INAC) participó de una conferencia sobre integración productiva de ADP-Agronegocios del Plata, realizada en la Expoactiva Nacional que culminó ayer en Soriano.
Caputti recordó cuando estuvo presente en la Expoactiva de 1999 y ya se veía una situación difícil a futuro por una fuerte devaluación de Brasil. “Después, en 2000, 2001 y 2002 a los problemas económicos se sumó la aftosa”, dijo.
En 2002 “fue una crisis mayúscula y bien lo sabe el que perdió su empresa, el que se endeudó, el que emigró y las mil calamidades que tuvimos. Las empresas y el país hoy están más firmes”, dijo caputti, acotando que “el avión va, sabemos a dónde vamos, pero es innegable que este año se sentirá el cimbronazo”.
Para el profesional, “las empresas lo sienten porque todo el mundo hace su presupuesto y sus números. Uno habla con uno y otro, y a todos les da muy justo o ligeramente en rojo”. Agregó que “es como en el fútbol, empatar es un buen resultado este año. Una situación en la que hace años no estábamos, porque más bien veníamos ganando. Las empresas se venían capitalizando, invirtiendo en tecnología, pero este es un año de turbulencias”, reiteró.
Consultado sobre cuánto puede durar esa turbulencia, dijo que “es lo que se debe estudiar, pero sí habrá que ajustar el cinturón de seguridad, que es lo más importante”, aclarando que “es bueno saber que cada tanto vienen años como estos, y cuando esto ocurre, hay que recortar todo aquello que sea superfluo y quedarse realmente con lo esencial”.
PUENTES VERDES
La situación que se da actualmente con la necesidad de muchos agricultores de contar con puentes verdes en su rotación agrícola, teniendo en cuenta la implementación de los planes de uso y manejo de suelos, pero a la vez con la dificultad de no contar con la infraestructura para eso, al desprenderse de corrales y alambrados, “es una de las enseñanzas hacia el futuro” para el experto de INAC, “porque con cada tropezón aprendemos algo”.
“Con el tropezón anterior aprendimos que no se puede estar muy lejos de Brasil en cuanto a la moneda. Aprendimos que hay que diversificar los mercados. Estamos muy atrasados en los acuerdos comerciales y no podemos quedarnos solo dependiendo del Mercosur”, subrayó. “Hay una agenda de atraso importante, hay que invertir en logística y varios temas más”, dijo.
Caputti sostiene que con esta turbulencia, “tal vez aprendamos eso. Un sistema balanceado tiene que tener un poco de todo, un poco de ganadería, agricultura y forestación, porque es claro que nos afecta a todos por igual”.
Para eso expresó que “quien se jugó el 100 por ciento a la agricultura y no tiene una parte ganadera, quizás está sufriendo más, a menos que tenga reservas económicas y que asuma que este año tendrá pérdidas”.
“El que quedó con una pata ganadera más fuerte es posible que encuentre, en cualquiera de las categorías, una forma de salir de la turbulencia, y es un cinturón de seguridad más fuerte para pasar la turbulencia que el que está solo con la agricultura”, aclaró.
ESTABILIDAD
Durante su exposición en la carpa de la empresa ADP, el técnico del INAC manifestó que “históricamente la agricultura es más rentable, pero mucho más riesgosa y volátil. El productor no se acuerda cuándo sube, pero sí cuando baja. Y la agricultura es así, cuando uno toma 10 o 20 años, pasan estas cosas”.
Para eso fue reiterativo al afirmar que “la ganadería es más estable y, particularmente en estos últimos años, ha construido muchas fortalezas que le dan estabilidad”.
Indicó que el año pasado, “cuando los commodities hicieron que la leche en polvo bajara entre un 25 y 30 por ciento en promedio, la carne uruguaya no bajó. Incluso subió tres o cuatro por ciento. Lo que nos dio una pista de que estaba sucediendo algo extraño”.
“El petróleo cayó a la mitad, los granos, la leche en polvo y otros cayeron, pero la carne, no. No cayó porque no hay muchos en el mundo que puedan ofrecer mucha carne”, manifestó Caputti. “Estados Unidos ofrece más soja y maíz, deprimiendo los mercados de granos, pero no puede ofrecer más carne, y de hecho nos está comprando más carne a nosotros”.
MERCADO
Para el director de Información y Análisis Económico de INAC, el mercado internacional para Uruguay “está bien. Es cierto que hay problemas en Rusia y Venezuela, pero igual estamos defendiendo este año con un número muy parecido a los 4.000 dólares la tonelada de carne vacuna, lo que permite sostener el precio del novillo y el precio del ternero”.
Entre el precio internacional y lo que le llegue al productor “hay varias cosas en el medio, y eso depende de cómo la industria hace su ecuación económica, que observa que Uruguay tiene un stock alto”.
Respecto a la situación de precios a la baja que se aprecia actualmente en el mercado interno, Caputti manifestó que “si todos los productores tienen problemas de clima, no tienen pasto y salen a vender, es posible que el precio puntualmente en ese momento caiga, pero en el caso de Uruguay, no. Hay un ajuste este año y el anterior ligeramente a la baja”.
De hecho puntualizó que “en el acumulado estamos en los mismos 4.000 dólares por tonelada. Por eso yo creo que hay buenos fundamentos para que el precio de las haciendas se mantengan en buenos niveles”. En la charla, Caputti llamó a tener una visión más larga, a diez años. Para eso recordó el Novillo Tipo que lleva adelante INAC, que mira la relación, o sea cuánto participa el productor de ese negocio en el largo plazo.
“Tuvimos algunos años en donde los productores participaban en un nivel bajo, algo así como un 70 o 71%; tres o cuatro años en donde participaron muy alto, con un nivel cercano al 80%, y en esos niveles la industria frigorífica prácticamente no tiene margen de ganancia. Y después corrigió a la baja en forma fuerte, por lo que los movimientos entre años son como cíclicos”.
Sostiene que hoy la industria, “se aprovecha de que hay un poco más de ganado y paga un poco menos, sabiendo que los productores están precisando vender, porque los campos están pesados, se va el verano, y a veces el propio productor es agricultor y la cuenta no le da tanto y apuesta un poco más a la oferta ganadera”.