Paysandú, Jueves 26 de Marzo de 2015
Locales | 23 Mar El contador Enrique Canon fue confirmado en su cargo de director nacional de Aduanas, lo que “fue una alegría y un orgullo personal que se me haya convocado para un segundo período, cosa que acepté informalmente en diciembre y formalmente se confirmó a principios de marzo. Como desde antes de diciembre estaba dejando la casa en orden para quien viniera, tanto en materia presupuestaria, estratégica y de planes futuros, ya teníamos camino andado para saber exactamente adónde van estos cinco años. Es relativamente fácil”.
En un resumen de lo más importante hecho en Aduanas, Canon dijo que: “fueron cambios mucho más ambiciosos de los que hubiera soñado al ingresar, en materia de procedimientos, procesos aduaneros, facilitación de comercio, tecnología, infraestructura, normativa, entre otros aspectos, que estableció una plataforma sólida para lo que sigue, que es la reestructura de la Dirección Nacional de Aduanas. Eso habilitó que hubiera gestión por objetivos, acuerdos de gestión con mandos medios que ahora se están venciendo”. Esos acuerdos eran que “el funcionario recibe una remuneración más importante que antes, en un plazo de 15 meses, cumpliendo indicadores, objetivos y metas. Quienes cumplen, continúan, el que no, vuelve al lugar en el que estaba y viene otro funcionario. Eso me parece lo más importante que se ha dado en Aduana y da resultado. Es un cambio muy grande en la cultura del funcionario público; cambiar esa cultura de trabajo hacia la concreción de metas y vigilar a través de indicadores no es algo que se consiga en corto plazo, va cambiando lentamente. Pero el proceso está en marcha, y a la vista están los logros y los usuarios ven que los trámites son muchísimo más ágiles que años atrás. Y son costumbres --no necesariamente con malicia-- de trabajar de determinada manera que han cambiado radicalmente en un período. Los primeros resultados son muy prometedores”. Sin embargo, reconoció que no todo es sencillo, y “cuando hay cambios, la estructura cruje porque tiene que acomodarse, pero es beneficioso porque nos espera otro cambio aún más grande”.
POCOS CON MAÑAS
Consultado sobre si esos cambios se ven enlentecidos por esas costumbres y mañas de funcionarios con 20 o 30 años de carrera, y sobre cuál es el ritmo de recambio generacional en Aduanas, Canon contestó que “marginalmente, y en algunos funcionarios, puede haber mañas. Pero cualquier costumbre que hubiera es responsabilidad de anteriores administraciones por su forma de trabajo, que no voy a comentar. Pero esta nueva forma de trabajo con gestión por objetivos es muy distinta, está más comprometida con el servicio que se le tiene que brindar al usuario”.
En cuanto a la edad promedio de los funcionarios, dijo que “cuando ingresé, el promedio era de 53 a 56 años, y ahora estamos en un promedio de edad de 50 años, por los ingresos de muchachada que viene con muchos bríos y capacidades importantes, que eran necesarios. Pero esto es como una carrera de postas, quienes tienen experiencia de 20 o 30 años de carrera tienen la obligación y hasta la felicidad de trasladar a las nuevas generaciones de aduaneros todos los conocimientos que adquirieron, que los jóvenes van a recibir y renovar. Porque en la vieja cultura no todas son mañas, hay cosas positivas también. Y los nuevos tienen otras cosas, como conocimientos de informática, una cabeza más abierta, de repente algún idioma, alguna educación terciaria. El secreto está en la mejor amalgama de ambas generaciones. Y la tarea de un buen gerenciamiento, que es la mía, es hacer que se mezclen lo mejor de las ambas culturas”.
EL MAL EJEMPLO
Con respecto a la realidad que se conocía de algunos funcionarios aduaneros que tenían autos y casas de alta gama, que no podían ser comprados solo con sus salarios, y qué se ha hecho además de una declaración jurada de los bienes, Canon explicó que “es una realidad imposible de desconocer. No quiero ser presuntuoso y decir que eso se terminó, que no hay más corrupción. Pero eso tiene mucho que ver con las anteriores direcciones y sin acusar a nadie, digo que si el director era corrupto, si pasaba eso, era muy probable que los funcionarios también lo fueran con la lógica de si es corrupto el de arriba, por qué no lo voy a ser yo. Esto lo digo con total respeto por anteriores directores, no estoy acusando a nadie”.
Agregó que “esas conductas son hoy marginales en la Aduana --existen funcionarios con esas viejas prácticas-- pero es muy distinto de lo que pasaba antes. Si yo tengo conocimiento de alguna de esas prácticas, como funcionario público y director, tengo la obligación de denunciarla y procuro tener las pruebas. Pero ese es un aspecto de la historia; otra arista incluye combatir ese tipo de conductas mediante la capacitación, información y diálogo con los privados, que ambientan la corrupción, cosa que hemos tenido. En Aduanas hay once entendimientos sobre ética y transparencia con distintas organizaciones de agentes privados de comercio exterior, como para decirles que ellos también son responsables de esto, y que hagamos cosas juntos por disminuirla y, si es posible, eliminarla. Y ha dado resultado, porque he hecho algunos comentarios como por ejemplo: “me parece que en tal lugar, algún asociado de ustedes está brindando algunos dineros que no son legítimos ni legales. Y algunas organizaciones han respondido de manera de advertir a sus asociados recordándoles el entendimiento con Aduanas, y que cualquier caso que tengan pruebas y que vaya a la Justicia no será defendido por esa organización. Y esto me parece una victoria inmensa, llegar a ese grado de relación es muy bueno”.
HAY MUCHO DINERO
La corrupción en Aduanas no pasa por lo que algún funcionario deje pasar en un paso de frontera a algún vecino, que si bien es contrabando, en términos económicos no es tan importante. Consultado sobre cuánto es el equivalente en dinero de los trámites de comercio exterior, importaciones y exportaciones, que pasan anualmente por las oficinas de Aduanas, Canon lo estimó en una cifra en unos 25.000 millones de dólares por año en negocios que pasan por Aduanas. “Es más o menos la mitad del Producto Bruto Interno (PBI) de Uruguay, como para ver el poder que tiene el comercio exterior y el dinero que maneja para corromper o comprar a cualquier Estado. Habla bien de los privados y del Estado uruguayo que esas conductas hayan disminuido mucho. Me parece que eso es un esfuerzo social, lo ha hecho tanto el sanducero como el montevideano, el empresario y el trabajador. Queda mucho por hacer, no hay dudas, pero estamos en el buen camino. No es un fenómeno sencillo de atacar, hay que hacer prevención y represión”.
FUERON 17 A PRISIÓN
Sobre los resultados que se obtuvieron en esta campaña, Enrique Canon afirmó que “esta Dirección denunció a la Justicia, que dispuso el procesamiento con prisión, de un total de 170 ciudadanos, de los cuales 24 eran aduaneros, otros eran policías y de los ministerios de Ganadería e Interior. Un tercio eran funcionarios públicos, pero la mayoría eran empresarios privados. Es algo muy desafiante, pero vale la pena. Los resultados están a la vista, son alentadores para la interna de la Aduana y para todo el Estado”.
Preguntado sobre si recibió presiones, amenazas o intentos de coima, reconoció que “en 2010 y 2011 a mi domicilio llegaron cinco cartas anónimas, y después unos empresarios argentinos preguntaron a empresarios conocidos cuánto se precisaba para arreglar con Canon. Esos argentinos jamás ingresarán al Uruguay ni pasarán por la Dirección Nacional de Aduanas mientras yo esté ahí. Esas fueron las únicas experiencias que he tenido, son pocas y eso habla bien de Uruguay, de su gente, sus instituciones y el empresariado, porque este es un país en serio”.
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