DESPUÉS DE SEMANA DE TURISMO

Locales | 26 Mar Educadores viales de Policía Caminera impartieron una charla sobre seguridad vial, orientada específicamente a la utilización de los Sistemas de Retención Infantil (SRI), así como de otras disposiciones contenidas en la ley 19.061, que comenzarán a fiscalizarse luego de la semana de Turismo.
El encargado del destacamento en nuestra ciudad, Martín de León, señaló que el objetivo de la normativa es unificar criterios en todo el país. “Antes unos aplicábamos esto, otros, lo otro; se intenta unificar el criterio y que todos trabajemos en conjunto, y así podremos llegar a buen puerto”.
A juicio del oficial De León, ya están dadas las condiciones para comenzar con la fiscalización del uso de estos elementos. “En meses anteriores se trabajó educando a toda la gente en el tránsito, se los paraba y se les enseñaba que los asientos traseros deberían ir con la sillita, que los menores de 12 años no pueden ir en el asiento delantero, así como el tipo de silla adecuada... Ahora corresponde la aplicación de la sanción, es muy probable que después de Turismo se trabaje en eso”, agregó.

MAL USO
El cabo Marcelo Barreto, educador vial de la Dirección Nacional de Policía Caminera, fue quien tuvo a su cargo la instrucción de la que participó el personal de la dependencia local. Se esperaba la concurrencia de representantes de otras instituciones que a la postre no se produjo.
Barreto explicó que la capacitación se realiza en todo el país y además de todo lo concerniente al Sistema de Retención Infantil, también se instruye acerca de otros contenidos de la norma, como la circulación de niños en motocicletas, por ejemplo.
“De todos los temas, el SRI es el más complicado, digamos que es el más técnico, se requiere una preparación, una guía para los padres para instalarlo correctamente”, dijo Barreto a EL TELEGRAFO. Fruto de la dificultad que supone la correcta utilización de esos implementos es que, “en Uruguay, de los padres o los abuelos que lo utilizan, sacamos en limpio que más del 85% que lleva el SRI lo lleva mal instalado”, aseguró el instructor.
Barreto explicó que “el sistema requiere conocimiento de la instalación. Muchas veces no vamos a poder entender el manual porque está incomprensible, hay símbolos, macaquitos y flechitas y ahí es donde tenemos el mayor problema. Luego hay que concienciar a la población sobre la necesidad de que los niños utilicen los sistemas de seguridad adecuados”.
Frente a este inconveniente, el educador vial recomendó ponerse en contacto con el importador, ya que “generalmente el vendedor no es técnico. Esto es muy nuevo para nosotros, estamos dando el primer paso, por eso recomendamos hablar con el importador, que puede brindar un asesoramiento más exhaustivo para que esa instalación quede lo mejor posible y no lamentar el hecho de que, en un siniestro de tránsito, falle”.
De nada sirve tener el SRI adecuado si no se lo utiliza correctamente, explicó Barreto y comparó la situación con lo que ocurre con el casco protector en las motos. “Yo puedo llevar un casco muy bueno, pero si lo llevo desabrochado en el siniestro se me va a salir por la fuerza del impacto.
En el caso del SRI hay dos puntos que son sensibles: uno es la instalación de la silla al vehículo con los cinturones y el otro es la instalación del niño dentro, con los arneses. Puede fallar uno u otro, o pueden fallar los dos”, indicó.
“Muchas veces capaz que está bien instalado, pero el papá dice 'si voy hasta acá nomás, para qué le voy a poner el arnés', y ahí en el recorrido se encuentra con un siniestro donde puede lamentar heridas, lesiones graves o incluso la muerte”, advirtió.

ESPECIFICACIONES
Barreto indicó que el SRI se adecúa al peso y a la talla del niño. Se identifican tres etapas bien marcadas que hacen que los sistemas sean diferentes, comenzando con una baby-silla para recién nacidos hasta el primer año, Luego una silla y, finalmente, un elevador que permita ajustar mejor al niño a la altura de los cinturones de seguridad.
“Tenemos que tomar como partida que la fábrica de automotores fabrica vehículos para adultos, no fabrica vehículos pensando en los niños. A veces en los modelos de alta gama se resguarda a los ocupantes, ya sean adultos o niños, pero no hay nada específico, los cinturones son para adultos, entonces estamos hablando de un punto de partida de estatura mínima para que el cinturón funcione correctamente de 1,50 metros. Todo lo que sea por debajo del 1,50 no sería correctamente sujeto por el cinturón”, indicó Barreto.
Con respecto a la circulación en moto, el requisito es que el niño no podría viajar como acompañante si no apoya los pies completamente en los apoyapies, “ahí estamos hablando de un tema de estatura y de crecimiento, ya el niño está en condiciones de agarrarse de sus padres y poder viajar relativamente seguro; si el niño no llega al apoyapie, está haciendo equilibrio arriba de la motocicleta y no tiene la suficiente fuerza como para poder agarrarse ante una eventual maniobra de la moto”, explicó el instructor.

MULTAS
Barreto indicó que Policía Caminera “ya está alertada para comenzar a partir de Turismo, me imagino que se irán sumando las intendencias y los respectivos cuerpos de tránsito”.
El educador dijo que son conscientes de que el control de estos temas tendrá dificultad. “La idea es que sea de a poco, gradual, en principio habrá mucha tirantez. Hay gente que piensa que detrás de la norma está el negocio cuando se trata de acondicionar el traslado de nuestros niños. Es inconcebible que hoy, en 2015, tengamos bebés que viajan arriba del tanque de una moto, eso es algo que se reproduce a nivel nacional, como el hecho de que la mamá vaya con el bebé adelante, en los brazos. Los adultos tenemos que velar por la integridad física de los niños, que es nuestra responsabilidad”.
Barreto agregó que, “muchas veces, en las charlas encontramos como contrapartida que 'es el único elemento de transporte que tenemos', yo siempre les digo que pongan en la balanza lo que ganan y lo que pierden: perder un hijo o que ese hijo esté el resto de su vida en una silla de ruedas con lesiones permanentes”.