Opinion | 01 Abr Estos son ciertamente días de fiesta mucho antes que de reflexión. En Paysandú, por caso, se vive ni más ni menos que la Semana de Oro y poco a poco comienza a tomar ritmo y el público se vuelca en mayor número conforme pasan los días, se inicia el verdadero período de asueto y desde otras partes del país y de la región, más allá que para los argentinos no resulta muy accesible debido a la diferencia cambiaria.
No obstante, y aunque bien viene celebrar la quincuagésima Semana de la Cerveza, hay ciertamente otros temas que cobran actualidad, por ejemplo, porque las Naciones Unidas llaman la atención sobre el mismo, mediante su sistema de días mundiales. Estos, dejan en claro que hay mucho por trabajar en cada uno de esos temas, y que lejos de ser días de celebración llaman la atención sobre todo lo que no se ha hecho --y debería hacerse-- en tal o cual tema.
Por ejemplo, el autismo, o “Trastorno del Espectro Autista” (TEA), como se denomina. Mañana jueves 2 se conmemorará el Día Mundial de la Concientización sobre el Autismo. Por resolución 62/139 del 18 de diciembre de 2007, la Asamblea instó a los Estados Miembro a tomar medidas para la toma de conciencia a través de la sociedad sobre los niños con autismo.
En Uruguay, de acuerdo a informes oficiales, tres de cada 200 personas tienen esta condición. El TEA no se cura, pero sí se puede mejorar el desenvolvimiento de la persona con TEA volviéndolo cada vez más funcional. No todos los autistas actúan de la misma manera, por lo que no es correcta la idea de que quienes tienen esa condición no miran a los ojos o que los niños no juegan. El trastorno se puede presentar de maneras diferentes y además son influidas por las personas que los rodean.
La familia, el principal pilar de la sociedad, vuelve a ser trascendental a la hora de hacer todo lo posible para que mejoren su condición. Su familia es la que debe formarse e informarse, pues el conocimiento es clave para atender y saber cómo actuar ante los autistas y cómo interactuar con ellos. Tristemente, no todos lo consideran así ni lo aceptan de tal modo. Hay niños con TEA que no reciben el apoyo ni la contención de sus familiares.
Por situaciones como estas, sigue siendo imprescindible que en todo el mundo, en un día en particular, se ponga énfasis en la necesidad de tomar conciencia ante el autismo. Y esto no solo pasa por la familia, sino también por la sociedad. En el mundo, informa la ONU, el 80 por ciento de los autistas está desempleado. No obstante, para determinados trabajos desarrollan aptitudes descollantes que los empleadores están desaprovechando. Presentan una mayor competencia en el patrón de reconocimiento y en el razonamiento lógico, así como una mayor atención al detalle. No obstante, no se pone énfasis en su capacitación profesional, ni obtienen oportunidades para la inserción laboral, desde que sufren de una discriminación generalizada. Son autistas, cierto es, pero eso no les puede privar de tener una vida plena y digna. De todos nosotros depende.