Locales | 05 Abr La Semana abrió con una de las formaciones que se denomina Los Iracundos, que tiene en sus filas a Leo, Leoni o, más familiar, el “Bocha” Franco (de quien quedan en la memoria tantos recuerdos de su casa frente a la plaza Acuña y la eterna idea de escribir un libro con la historia del grupo). Pero más allá del placer de volver a ver en el escenario al guitarrista original del grupo sanducero, solo se puede decir que esta es la peor formación que canta la música de Los Iracundos que se haya visto.
Muy pobre el show, poco eficaz el cantante Yanny y poco más para agregar. La música sigue siendo la misma, no quedan dudas, pero parecido no es lo mismo que igual, y aquí no está ese espíritu del inolvidable grupo sanducero ni de su compositor principal, Eduardo Franco. Las mejores formaciones siguen siendo, por larga diferencia, la liderada por “Bebe” Velázquez y la de Jorge Gatto. Este grupo, realmente, no hace honor a la música de Los Iracundos.
Tabaré Cardozo y Agarrate Catalina brindaron el primer gran show de la Semana. Sólido, atrapante, con todo el poder de la música bien compuesta y mejor ejecutada. Ya lo ha dicho el propio músico, es todo un desafío unir rock con murga, pero para él --en esencia un rockero-- parece que es como el lenguaje materno. Realmente excelente la propuesta de “Malandra”, el disco rockero con coros de murga, que se unió a algunos de los temas más clásicos del músico uruguayo.
Agarrate Catalina, denostada por los supuestos “carnavaleros de ley” porque no tiene una postura crítica, sino que llega y canta --y cómo lo hace-- demostró una vez más la esencia del canto murguero, con un coro de voces realmente excelente.
Un disfrute, una noche donde cualquier uruguayo bien pudo sentirse en el paraíso, cantando con la murga, como un rockero. ¿Más? Sería un abuso.
Llamó la atención, además, el vestuario. Todos vestidos de rojo y negro. Una de dos (aunque alguna otra posibilidad puede haber), o usaron los colores que identifican al movimiento que une obreros y anarquistas o homenajean a “Rojo y negro”, la novela de Stendhal, que contrapone la revolución con el antiguo régimen.
Lucas Sugo volvió y reafirmó su intacta popularidad. Una buena cosa es que dejó los hábitos fuera del escenario. Ya no parecía el pastor evangélico del año pasado, ya no apabulló con gritos y agite --aunque no estuvieron ausentes-- y se dedicó más a lo suyo, a cantar, que para eso --después de todo-- su público lo va a ver.
No hay dudas que mejoró el planteo de su show y hasta explicó algunas de sus actitudes en escena, quizás contestando las críticas del año pasado. Dijo que al él le gusta entretener al público y no solamente hacer su música. Una cosa, debería llevar a la otra, pero pareceres son pareceres, más allá de Jorge y Gabriel Do Prado y Carlos Rodríguez (¿qué será de su vida?).
Agradeció demasiado, pidió aplausos como si no los mereciera y se contuvo de hacer algunos de los “entretenimientos” del año pasado para hacer correr el tiempo. Cantó más. Bien ahí.
Casi Diva, con Florencia Peña y Sebastián Almada fue el otro espectáculo que llegó para “dar lástima”. Con escaso interés ni siquiera parece el show completo, sino más bien una apurada adaptación para presentarse en el escenario cervecero.
NTVG, la banda uruguaya que está lanzada a la conquista del mercado internacional, volvió para reafirmar su éxito y vaya si lo hizo. Esta vez no hubo que esperar al final del show para “morir” con “Clara”, el tema que si no lo tocan, le rompemo todo, le rompemo.
Ni que decir que suenan muy bien, que se conocen de memoria y que saben hacer de cada presentación en vivo un disfrute total. Cantaron las canciones que su público esperaba escuchar, en el marco de su último show, “El tiempo otra vez avanza”. Valió la pena cada momento de la presentación. Otro punto bien alto de la Semana. No fueron los únicos artistas, sin dudas, que actuaron en el escenario mayor. También lo hicieron, por ejemplo, Jaime Roos, Los Auténticos Decadentes, Riki Musso y Once Tiros. Cada cual con sus estilos, con sus propuestas, que no es otra cosa que la propuesta principal de la Semana: un poco de todo para todos.
E.J.S.