Paysandú, Sábado 11 de Abril de 2015
Rurales | 05 Abr La ingeniera agrónoma Graciela Quintans, técnica del Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA), se refirió a la importancia de “conservar más hembras” en los establecimientos y explicó que la sugerencia se sostiene “en que da mayor posibilidad de elegir buenas madres”.
“El productor tiende a quedarse con las madres más pesadas y que ello a veces no es lo más adecuado”, dijo la profesional. En este momento donde el campo natural amarillea y las reservas forrajeras parecen no ser suficientes, y más pensando que se aproxima el invierno, lo mejor es un buen manejo de las dotaciones.
Acotó que “cualquier crisis, si estamos con una sobre dotación, nos va a agarrar muy mal y nos va a hacer un desastre en el campo”. Aseguró a todoelcampo.com.uy que actualmente en muchos establecimientos la carga está por encima de lo que correspondería.
Para Quintans, la mejor manera de alivianar comienza por separar a las vaquillonas de dos años que fallan, al igual que se hace con las vacas adultas. Aclaró que esto solamente “cuando los porcentajes de preñez son altos, que ratifican que el problema está en la vaca y no en otro aspecto”. También hay que “separar los terneros machos, que se destinarán a vender”, dijo.
Sostuvo que los productores deben “quedarse con más hembras de las que van a reponer”, ya que esto da “mayor posibilidad de elegir buenas madres”. Comúnmente en este momento de destete, el productor tiende a quedarse con las madres más pesadas y que ello, a veces, no es lo más adecuado. Dijo que es necesario “dejar crecer un poco más las terneras, ver cuándo nació e hija de quién es. No todo es peso”, definió.
En el caso de la estación experimental “La Estanzuela”, Quintans deja un poco más que el 25% o el 30%: “Prácticamente me quedo con toda la ternerada y después recién refugo cuando voy a entorar, que eso no es lo que puede hacer el productor, pero sí quedarse con un poquito más”. Llegó a tener vacas de 12 años, “pocas, pero que no me fallaron nunca y que aguantaron bien con el tema de dientes”. Además, agregó que hoy se habla mucho de rusticidad, “pero de alguna forma la rusticidad es, frente a adversidades climáticas nutricionales, producir sin resentir demasiado esa producción”.
Señaló que en INIA también se tiene casi todo en orden, “con algunos detalles por mejorar”, porque no hay que olvidar que se trata de un centro de experimentación e investigación y por ello deben sacrificar algunas decisiones. “Hay animales que fallan y se tendrían que ir a refugo, pero como nosotros somos experimental, los dejamos porque queremos ver por qué fallaron y si fallarían en el siguiente servicio”, dijo.Se trata de rodeos muy bien manejados, por lo cual si hay fallas es por problemas de preñez de las vacas. Allí se realiza todo un abordaje para saber realmente qué está pasando. Manifestó que puede resultar muy complejo, “porque la eficiencia pasa por muchísimos lados”. Explicó que pasa por la cosecha de pasto por parte del animal, hasta cómo reparte los nutrientes en sus funciones. “O como el caso actual, de que muchos animales no se preñaron a pesar del excelente momento y se fueron en leche (produjeron mucha leche)”, acotó.
RODEO DE CRÍA
“El comienzo del otoño es uno de los momentos más importantes para ordenar el rodeo de cría”, indicó Quintans, porque ya se realizaron los servicios, en los que seguramente “nos llevemos alguna sorpresa este año a pesar de la muy buena primavera”. Es que el clima “está jugando una pasada media rara” y los campos están bastante secos y complican la obtención de forraje de invierno.
“En este momento, el productor tiene que estar sacando los toros y destetando, para que todo lo que consuma la vaca sea para generar buen estado corporal. Es por ello que los productores y veterinarios deberían tener fecha para realizar el diagnóstico de gestación y ver cuáles de las vacas preñadas necesitan más reservas para el invierno”, explicó. En tanto el orden de los rodeos es fundamental para afrontar períodos como el actual. En ese sentido subrayó la necesidad de “separar las vacas de primera cría (vaquillonas preñadas el pasado año) del resto. Eso se debe a que tienen dos años y medio y sigue creciendo, por lo que debe distribuir el consumo en distintas funciones: gestación y crecimiento; lo último que va a hacer es guardar reservas para el invierno”, dijo Quintans. Se sabe que la vaca de segundo entore es la que más cuesta preñar, y por ello hay que brindarle todas las comodidades ahora. Las vacas de primera cría, o vaquillonas preñadas, darán a luz en setiembre y en noviembre se las presentarán nuevamente a los toros, para tener su segundo entore y primer ternero al pie.
“Por ello hay que cuidarla desde antes, desde la recría y ahora que son vacas de primera cría, teniéndola separada del resto del rodeo y cuidarla como una cajita de cristal”, sentenció.
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