Deportes | 06 Abr El “Morocha” de Miguel Fraschini se quedó con la cinta azul de la Regata “Meseta de Artigas - Paysandú” en su 66ª edición, luego de una competencia complicada como lo fue sobre todo la segunda etapa.
“Los dos días fueron de vientos calmos, pero especialmente el sábado. El viernes íbamos lento pero casi todo el tiempo con algo de viento, salvo un rato antes de la llegada, porque cuando la teníamos a la vista los cuatro que íbamos adelante nos plantamos y así nos quedamos varios minutos. Se hizo largo, pero en esa calma pudimos enganchar una brisita para despegarnos y definir sobre el final”, dijo Fraschini.
La segunda etapa ya fue otra historia. Otra regata. “Largamos con muy poco viento y fue larga, con los barcos flotando durante mucho tiempo. Eso hizo que se resolviera acortarla, pero los últimos tres kilómetros fueron eternos, demoramos más de una hora”, repasó.
Y contó cómo se pudo sobrellevar la presión del “Yacy 2”, que durante mucho tiempo estuvo por delante del “Morocha”.
“Ahí veníamos detrás del ‘Yacy 2’, desde hacía rato, y nos cuidaban, nos tenían controlados. Pero de repente me acordé de los viejos que me enseñaron a navegar: había que poner el barco atravesado para que la propia corriente generara un viento aparente; y con eso empezar a fabricar un movimiento en el barco, que comenzó a moverse despacito, comenzamos a caminar y pudimos pasarlos. No lo podíamos creer”, relató.
Fraschini estuvo acompañado en esta ocasión por Juan Pablo Fraschini, Luis Pedro Rodríguez, Joana Lancieri, Ayrton Godoy y Maggie Peña.
“Fueron dos etapas duras, tediosas, de calma, pero las dos gratificantes porque definimos en la llegada. Había una buena flota, y por eso el haber logrado la cinta azul tiene mayor satisfacción”, indicó el propietario del “Morocha”.
Y la tripulación terminó por definir la regata con un viejo consejo, de esos navegantes históricos de la regata. “Como Pedro Bergara, uno de los viejos navegantes que disputó su 50ª regata de manera ininterrumpida”, reconoció.
“La navegación es un arte milenario, se fue transmitiendo de generación en generación y uno intenta seguir haciendo lo mismo”, dijo. Y agregó: “se aprende de los más veteranos, de los que cometieron los errores antes que nosotros, y nosotros transmitimos la experiencia a los más jóvenes, porque es un deporte que no se inventó ayer. Cuando uno lo practica siente el peso de esa tradición”.