Locales | 05 Abr Aunque no se conoce ninguna colección completa de jarras de la Semana de la Cerveza, en el predio ferial de la 50ª Semana de la Cerveza se puede apreciar una de las colecciones más completas --tal vez la más completa-- de jarras, presentada por los socios de la Asociación Uruguaya de Coleccionismo Cervecero (Urucer), que agrupa a coleccionistas de todo el país, no solamente de jarras conmemorativas de la fiesta sanducera, sino otros múltiples objetos del coleccionismo cervecero.
El año donde se presentaron mayor cantidad de jarras fue en 1974. De acuerdo con lo indicado por Víctor Soca, integrante de Urucer, “se hicieron alrededor de cuarenta y seis ejemplares diferentes y nadie las posee todas”. Esas son las más difíciles de conseguir y las de mejor cotización. En el estand se pueden apreciar --nada menos-- que treinta y cinco jarras de ese año.
También están las dos versiones de la jarra 1966, diseñada y realizada por el ceramista sanducero Antonio Logiurato. La primera, en cerámica natural, no integra realmente la colección en la medida en que no se puso a la venta, sino que fue creada como obsequio de la Cervecería y Maltería Paysandú S.A. Al año siguiente, se hizo el mismo modelo, con la misma fecha de 1966, pero en tono verde, que sí se puso a la venta y que es realmente la primera jarra de la colección.
El número total de jarras conmemorativas no se conoce con exactitud, pero los integrantes de Urucer afirman que superan la centena. Toman como base la cantidad de ediciones y el hecho de que, en varios años, se hicieron más de un modelo. Y en 1974, unos 46, cifra que tampoco está certificada.
Pasar por el estand, ubicado en la carpa blanca en la avenida del acceso central, es acceder a parte de la rica historia de la Semana de la Cerveza. La colección, además, implica una gran inversión de los coleccionistas. Cabe indicar que la presentada en Paysandú no pertenece a una sola persona, sino a varios integrantes de Urucer. La jarra 1966, de la que se hicieron varias reediciones, tiene un valor de mercado de cien dólares. Pero es largamente superada por la de 2007, por ser muy frágil y haberse roto muchas en el envío. Su valor de mercado es de unos 400 dólares. Se dice, incluso, que se han llegado a pagar hasta 1.000 dólares por una jarra.