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Paysandú, Domingo 12 de Abril de 2015

Gran parte del departamento de Paysandú presenta “un nivel de estrés hídrico importante”, señaló Rómulo Cesar

Rurales | 12 Abr Salvo las seccionales policiales sobre el río Uruguay al norte del departamento de Paysandú, “el resto muestra un nivel de agua en el suelo menor al 20%, lo que significa un nivel de estrés hídrico importante”, manifestó a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Rómulo Cesar, técnico del Instituto Plan Agropecuario (IPA), al referirse al último informe de INIA GRAS, que muestra el agua disponible en el suelo por seccional policial.
Lo mismo sucede tanto en el este de Salto como de Artigas. En otras zonas del país en donde se constata un panorama similar al de Paysandú “es el centro-Este del país y algunas zonas de Florida, Lavalleja y Rocha. El resto del país, en general, muestra que está en el escalón inmediatamente superior de niveles de agua en el suelo, entre 20 y 40 por ciento”, dijo.
Las últimas precipitaciones verificadas por la Estación de Meteorología de Paysandú fueron entre el 3 y 4 de marzo con 18 milímetros y de ahí en más hasta ahora no se han constatado lluvias. A esto debe sumarse que durante febrero llovieron 42 milímetros, cuando el promedio del mes es de 135 y en marzo es de 145 y llovió 22.
Aclaró que la situación en el departamento “es muy parecida, y las diferencias que se puedan presentar tienen más que ver con los suelos que con los volúmenes de agua que hayan recibido”. En el norte del departamento, como ser Chapicuy y Bella Vista, “están asociados a otros tipos de suelos, sobre cretácicos, más arenosos y que por características propias tienen una mayor resistencia a los problemas que causa la falta de agua. En el resto de Paysandú la situación es bastante parecida, acentuándose más a medida que nos aproximamos al basalto superficial en donde claramente hace varias semanas los tapices muestran las deficiencias hídricas que tienen”.
“Conozco a varios productores que están a la espera de las ansiadas precipitaciones para hacer las siembras de pasturas y verdeos”, explicó Cesar. La recomendación es “que hasta que no llueva esperar para sembrar, porque hoy en día sería imposible desde el punto de vista práctico, porque los primeros centímetros del suelo claramente no tienen agua en el perfil”.
“Cada día que pasa nos acercamos al invierno, época crítica en el crecimiento del pasto y que se acelera a partir de las primeras heladas”, sostuvo el técnico del Plan Agropecuario, quien agregó que “desde fines de enero y según la zona, las lluvias han desaparecido en la región, siendo algo similar en el resto del país, más allá de que en varios departamentos se han registrado algunos fuertes chaparrones en determinadas zonas”.
Entrado el otoño, la situación se definiría como de “gran preocupación por parte de los productores y una gran incertidumbre de lo que sucederá para adelante”. Es que a la falta de lluvias se le sumaron las altas temperaturas por encima de lo normal para la época, lo que ha determinado que en pasturas naturales, “si bien la disponibilidad de los campos es alta, en las últimas semanas se ha dado una importante pérdida de calidad, por lo que resta por saber qué sucederá para adelante”.

LLUVIAS ACUMULADAS
Durante el mes de marzo las precipitaciones acumuladas oscilaron entre 25 y 150 milímetros en el país, informó la Unidad GRAS del INIA. A pesar de estos niveles relativamente bajos, el estado hídrico “promedio” de los suelos durante marzo fue muy variable en el territorio nacional, con valores buenos a muy bajos. Los menores registros se dieron fundamentalmente en el eje central del país, con menos de 25 milímetros.
La unidad GRAS de INIA dice que para las precipitaciones del trimestre abril-mayo-junio no se estiman sesgos entre los terciles, lo que significa iguales probabilidades de que las lluvias acumuladas en dicho trimestre sean iguales, mayores o menores a lo normal. En relación a la temperatura media del aire del trimestre, se estiman mayores probabilidades (40% a 45%) de que la misma esté por encima de lo normal en todo el país.
Como información complementaria, el IRI informa que las proyecciones de la temperatura del mar en el Pacífico tropical, sugieren altas probabilidades de que el fenómeno “El Niño” continúe a lo largo del año. Sin embargo, debido al “bloqueo de predictibilidad del ENSO” que ocurre en los meses de junio a agosto, “es aún muy temprano para establecer pronósticos para fines de 2015”.
El cálido inicio del otoño, hasta lo que va de abril, hace recordar a los expertos el antecedente de 2009, cuando se registró un alto índice de sequedad que se extendió durante casi 700 días.

TEMPERATURA SUPERIOR
El pasado mes de marzo terminó con más de un grado de temperatura por encima del promedio en todo el territorio nacional. Y la tendencia se va a mantener en el trimestre que corre, hasta junio, manifestó a El País Mario Bidegain, director de Climatología del Instituto Uruguayo de Meteorología.
En el mapa trimestral de lluvias caídas entre enero y marzo, hay una región al sur (Florida, Canelones y Montevideo), con gran déficit, y también Cerro Largo. Considerando la escala de febrero y marzo, los departamentos más afectados por la falta de lluvias fueron Paysandú y Cerro Largo. En marzo la falta de lluvias abarcó a otras regiones, cuando hubo precipitaciones mucho menores o menores de lo normal en casi todo el país, salvo en Tacuarembó.
Para el trimestre de abril, mayo y junio habría condiciones de lluvias cercanas a lo normal, “pero para que se revierta la situación en un corto plazo tendría que llover en forma más continua y pareja en todo el territorio. Para hoy ya hay previstas lluvias pero en el litoral suroeste, y serían escasas, de 5 a 10 milímetros”, dijo Bidegain. Si bien depende de la capacidad de los suelos para retener agua, tendría que llover entre 80 a 100 milímetros en un mes para volver a la normalidad.
Inumet informó que la temperatura máxima absoluta para el otoño se registró en la estación meteorológica de Artigas el 8 de marzo de 1952, con 40,8° C. La temperatura mínima absoluta para el otoño se registró en Melo con -5,9° C, el 28 de mayo de 1971. El otoño más frío en todo el país fue el de 1971, con 16,3° C de temperatura media, mientras que el más cálido se dio en 1980 con 20,1° C.

GANADERÍA
Respecto a la situación de la ganadería, Rómulo Cesar indicó a EL TELEGRAFO que en términos generales “el ganado todavía no muestra significativamente problemas asociados a la falta de lluvias”. “Veníamos de una primavera e inicio del verano con una muy buena oferta de pasto tanto en calidad como cantidad, y eso es lo que hemos visualizado que ha sido factor importante para que todas las categorías vacunas tengan una muy buena condición corporal y que hasta el momento mantienen”, recordó.
Especificó que la gran incógnita “es cuánto durará esta situación. La información es contundente en relación a la tasa de crecimiento de pasturas. De que a partir de mayo y cualquiera sea la situación hídrica, las tasas de crecimiento que se registran son muy bajas”.
Sostuvo que “claramente tendremos que ver cómo viene el invierno no solamente en cuanto a las lluvias, sino también a las temperaturas, y lo que pase en cada predio dependerá de cuál es la situación actual en cuanto a si hay o no pasto”. Agregó que a nivel país y Paysandú no es excepción, “los predios se encuentran con una elevada carga animal, lo que afirman los últimos datos de Dicose que establecen claramente que son los más altos de la historia”.


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