Paysandú, Lunes 13 de Abril de 2015
Deportes | 13 Abr Inédita por donde se lo mire. Histórica. La velada llevada a cabo el pasado viernes en el Estadio Cerrado abrió un abanico de posibilidades, y será cuestión de saber aprovecharlas.
No todos los días el mismísimo Consejo Mundial de Boxeo da el visto bueno para el desarrollo de un torneo de boxeo amateur como sucedió con el que organiza la Comisión Uruguaya de Boxeo Amateur y Profesional (Cubap) y el promotor Sampson Lewkowicz, con el objetivo no solo de promover el deporte amateur, sino teniendo como gran incentivo que el ganador (o los ganadores en caso de empate) puedan viajar a México a entrenar, pelear y quizás buscar una aventura profesional.
Lewkowicz tuvo mucho que ver con esta posibilidad (ver nota). El promotor y manager uruguayo sigue empecinado en colaborar para que Uruguay pueda desarrollar el boxeo, teniendo como gran objetivo el que nuestro país pueda tener un campeón mundial masculino. Pero seguramente para ello habrá que esperar. Por lo pronto, este torneo que se puso en marcha en Paysandú, y que constará de varias fechas, parece dejar en claro que la apuesta va en serio.
Esta primera fecha tuvo varios puntos altos más allá de la medalla bañada en oro que fue aportada por el Consejo y entregada al mejor boxeador de la etapa, el sanducero Emilio Carballo; y ni hablar del cinto que espera al gran ganador del torneo, que luce el logo del Consejo, la bandera uruguaya y la foto del desaparecido expresidente de la entidad, José Sulaiman. Es que más allá de algún pequeño detalle, son muchos otros detalles los que dejaron una gratísima impresión, que permitieron afirmar que el boxeador fue mimado, y terminó siendo el gran protagonista.
El ganador de cada combate recibió su medalla, y todos lucieron impecable indumentaria brindada por el Consejo, al igual que se utilizaron cabezales y guantes nuevos.
Y los boxeadores lo agradecieron. No solo arriba del ring, donde en esos tres rounds cada uno dio todo en búsqueda del triunfo, poniendo el corazón en cada cruce, dejando de lado la técnica y apelando al coraje cuando fue necesario. Porque la idea fue, además, comenzar a vivir el boxeo y todo lo que rodea a uno de los deportes más nobles del planeta, que no conoce de razas ni clases sociales, y es totalmente igualador.
Y que tiene sus reglas no escritas. Por eso fue, por ejemplo, que uno de los boxeadores que mejor lució fue sancionado por una acción antideportiva al término del combate que ganara con claridad en lo que fuera su debut, dejándose en claro que en la próxima ocasión quedará descalificado y fuera de la Cubap.
Pero transcurrió todo con ese sabor especial que tienen las veladas amateur, que están lejos del brillo de las carteleras profesionales, pero que ganan en emociones.
Porque se pelea con el corazón en el puño, muchas veces dejando de lado lo trabajado, la técnica, lo planificado, en el afán de demostrar en esos escasos minutos todo el esfuerzo y sacrificio de horas silenciosas de entrenamiento.
El viernes fueron 24 los boxeadores que sintieron estar peleando por un título del mundo. Y eso fue lo más importante.
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