Paysandú, Viernes 17 de Abril de 2015

OPINIÓN

SOLICITADA

Locales | 12 Abr En nuestra ciudad estamos viviendo una situación que está tomando una proporción que apunta a seguir creciendo en forma desmesurada. En este caso me voy a referir a la proliferación de cuidacoches. Para algunos es una forma de trabajo, y no culpo al individuo que encuentra allí una forma de sustento.
Acá la culpa la tiene quien tiene que controlar y poner un tope máximo de estos puestos, sí y solo sí, se necesita realmente de cuidacoches y motos. ¿Cuidar de quién? ¿Por qué? ¿Con qué formación? Algunos indican cómo girar el volante a ciertos conductores para estacionar, y no tienen ni idea de cómo hacerlo, además exponiéndose a situaciones límites de seguridad ya que se arriesgan mucho poniéndose en el medio de la calle y obstruyendo el tránsito. ¡Y eso cuando los inspectores de tránsito pasaron por una formación severa para dirigir el tránsito y tener el elemento “seguridad” bien presente! Hemos podido ver en estas situaciones a algunos de estos individuos usando chalecos azules, y son los que supuestamente cumplieron con los requisitos para que la dirección de tránsito les proporcionara estos chalecos. La medida está funcionando mal y genera problemas y no me parece que hayan encontrado la solución . Propuse un día la solución al aire al director de tránsito en una radio local y me contestó que no se podía hacer.
En Maldonado (ciudad de residencia de nuestro asesor de tránsito), los chalecos están bien identificados y numerados con una ventana transparente que deja ver el nombre y foto de quien lo viste. Ahora yo me pregunto, si Maldonado puede, ¿por qué Paysandú no? ¿Cómo solucionamos ahora algo que se dejó crecer por falta de apreciación y de sentido común? Pero lo más triste es la negativa a aplicar las ideas de los que estamos por fuera de la máquina infernal que no da pie en bola con sus decisiones.
En todos estos desaciertos se vieron perjudicados los cuidacoches que siempre estuvieron y que merecían el cargo. Me refiero a los de la Zona Azul. Ellos quedaron desamparados y con menos lugares a causa de la semipeatonal. Tengo una solución para compensar los lugares perdidos por parte de estos trabajadores. Solución que tampoco quisieron escuchar. La idea era de generar en cada transversal a 18 de Julio un estacionamiento de motos con una capacidad de 10 a 12 motos máximo y con un régimen de pago de zona azul. No solo se compensaría a los de la zona Azul, pero también el hecho de que esos estacionamientos están cerca de los bancos y negocios, motivarían a los que vienen en auto para hacer bancos y oficinas , para que se inclinen en hacerlo en moto, si disponen de una.
La idea es alivianar el flujo y densidad del tránsito en el centro. Pero el hecho más grave en el tema de los cuidacoches, son las peleas que se generan entre ellos mismos, los “legales” (chaleco azul) y no legales, por el control de un lugar en particular.
O sea que permitiendo esto tenemos el riesgo algún día, de lamentar una vida por causa de una pelea entre cuidacoches o peor aún de un conductor o peatón que caiga en el hecho ya sea por tratar de apartar la pelea o por agresión directa. ¡¿Esperamos ese día para reaccionar?! Bueno, y ni que hablar desde el punto de vista turístico, la desprolijidad que puede asimilar la gente que no es de acá, frente a estos hechos.
Christian Cusimano


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