Opinion | 18 Abr Una reciente encuesta respecto a las preferencias de los votantes en nuestro departamento de cara a las elecciones del 10 de mayo, por encima del empate técnico o leve ventaja del Frente Amplio sobre el Partido Nacional en esta consulta, también da cuenta de cuáles son los temas que el electorado sanducero coloca en primer lugar en la agenda diaria en lo que respecta a la gestión municipal.
Y estos datos confirman que como regla general el ciudadano identifica perfectamente cuáles son las áreas en las que puede y debe trabajar una administración municipal y cuáles son las que competen al gobierno nacional, más allá de que naturalmente debe haber una coordinación en áreas en las que se trabaja en una complementación imprescindible si se tiene como objetivo fundamental el bienestar y la calidad de vida del ciudadano.
Pero el punto es que los contribuyentes tienen claro que una Intendencia debe poner énfasis en gestionar los recursos que vierte el contribuyente local en patente de rodados y contribución inmobiliaria, fundamentalmente, sin olvidar la tasa de servicios y otros impuestos menores para tener ciudades y localidades en las que se cuente con una viabilidad que permite circular sin grandes obstáculos, alumbrado, gestión adecuada de la recolección de basura, alumbrado acorde a las necesidades de la población, caminería rural que permita la entrada y salida de la producción, canalización de pluviales, entre otros aspectos.
Asimismo, están de por medio recursos que son volcados desde el gobierno nacional pero que son producto de impuestos nacionales que se cobran en los respectivos departamentos y que se vuelcan al Fondo de Desarrollo del Interior (FDI), lo que genera una masa de recursos adicionales que en coordinación con la Oficina de Planeamiento y Presupuesto y la comisión del propio fondo se afecta a obras de mayor aliento, por gestión de la Intendencia, habida cuenta de que lo que se obtiene en el medio resulta insuficiente para estos emprendimientos.
Es cierto, ocurre que una Intendencia, por regla general, dista de ser un organismo eficiente, como suele acontecer con los organismos del Estado y de gobierno en nuestro país, y gran parte de lo que se recauda se vuelca a salarios y funcionamiento, quedando apenas un pequeño porcentaje para obras de infraestructura, lo que se nota aún más en momentos de crisis.
Ello da la pauta de que un gobierno municipal debe hacer hincapié en dar respuestas dentro de sus competencias a la comunidad, con un manejo criterioso de los recursos, pero sin entrar en iniciativas voluntaristas en áreas de competencia del gobierno nacional, superponiendo acciones pero sobre todo malgastando recursos que ya el ciudadano aporta a través de impuestos nacionales y que con este fin deben ser utilizados, sin por ello mantenerse ajeno a necesidades que suelen ser atendidas por el gobierno departamental ante la incapacidad o la lentitud de las respuestas del gobierno nacional.