Paysandú, Miércoles 22 de Abril de 2015

Todos unidos por el ex Astor

Opinion | 21 Abr En 2011, el entonces intendente Bertil Bentos formó la Comisión de Amigos del Teatro Florencio Sánchez, que posteriormente se integró como fundación, con el objetivo de recuperar la estructura edilicia --en primer término-- de la sala teatral, que había sido cerrada al público el 2 de abril de 2011 debido a desprendimientos en la mampostería, aunque de todas formas iba a ser sometida a reparaciones el 4 de ese mes. El 26 de abril del año pasado se volvió a habilitar después de cumplida la primera etapa de restauración. Más adelante se volvieron a desprender trozos del cielorraso, pero con una malla se solucionó el problema, mientras se estudia una solución definitiva.
La fundación, integrada por personalidades de nuestra comunidad, ha venido desarrollando un trabajo sostenido y meticuloso, con el apoyo fundamentalmente de fondos de la propia intendencia sanducera, en tanto se buscan otros dineros para poder solventar las obras de recuperación que faltan, pero también para establecer un proyecto bastante más ambicioso, como es un centro cultural que involucre al Florencio, al ex Astor, al auditorio “Miguel Ángel Pías”, al Café del Teatro y a la semipeatonal por 19 de Abril.
Según se ha dado a conocer recientemente, serán necesarios 9 millones de dólares para una primera etapa de este proyecto global que incluye edificar una nueva sala en el ex Astor --hoy completamente en ruinas-- con destino de auditorio u otro. También la expropiación de al menos un inmueble junto al Florencio Sánchez, necesario para poder habilitar el anillo superior de la sala --Paraíso-- y agregar salas secundarias que resultan ya imprescindibles.
Aunque todavía no se conocen detalles del presupuesto estimado, probablemente sea aún mayor al final, con todas las obras que deben realizarse, sin olvidar que hay que recuperar también la parte técnica, que incluye iluminación fría y sonido, al tiempo que debe recuperarse el palco hoy inexplicablemente destinado a cabina técnica.
Pero lo que sea necesario, gastado a lo largo del tiempo con disciplina y exponiendo periódicamente un balance de lo invertido, realizado a partir de licitaciones públicas, deberá ser obtenido y usado para todo lo antes expresado. Paysandú debe tomar este impulso a partir del cierre de la sala, que desembocó tres años después en su reapertura para transformar al Florencio Sánchez en un centro cultural, con varias salas para que la comunidad recupere posibilidades culturales que alguna vez disfrutó (Cine Club Paysandú, Sala Dos de la misma sala, Cine Glucksmann Palace, Astor, Avenida, además del propio Florencio, el Carlos Brussa, el auditorio y salas independientes; y bastante más atrás en el tiempo Cine 18 de Julio).
La fundación viene trabajando con mucho ánimo y también con mucho buen criterio. Todo se hace con paso seguro y actualmente --en etapa en que se define el Presupuesto Nacional-- se está solicitando al gobierno nacional que incluya a esta enorme propuesta cultural en el mismo, del mismo modo que lo ha hecho con salas oficiales y privadas (como El Galpón de Montevideo, por ejemplo).
No obstante, recientemente surgió en Paysandú el denominado Grupo Astor, también con el propósito de recuperar la exsala cinematográfica, lo que aunque muy loable no deja de sorprender. Hay una fundación --una herramienta legal-- que ya está trabajando en este tema, sin banderas políticas, pero desde hace algunos meses este grupo de personas ha resuelto trabajar con un objetivo similar desde un lugar al menos algo diferente.
Y se expresa así porque el Grupo Astor, carente de soporte legal, ha pedido a la fundación que le brinde esa cobertura pero no necesariamente para seguir el mismo camino, si bien el destino parece ser el mismo. Por su lado, de manera independiente ha planteado la idea de que se declaren Patrimonio Cultural de la Nación el ex Astor, el ex Cine Club Paysandú y el ex Cine 18 de Julio. A los tres se les han realizado múltiples reformas a lo largo de muchos años y el ex Astor está en ruinas, por lo que el pedido al menos llega un poco tarde.
Por otra parte, hay que tomar decisiones que sean compartidas por toda la comunidad. La única razón para dividir es gobernar y este ciertamente no parece el caso, por lo que los integrantes del Grupo Astor serían mucho más útiles uniéndose a la Fundación Amigos del Teatro Florencio Sánchez y desde ella aportar todas las ideas que se tengan, estudiar todos los proyectos que se presenten, definir las consultas populares que sean necesarias y a partir de allí, construir un futuro cultural desde la verdadera unidad.
La estructura cultural sanducera es un tema de enorme trascendencia que necesita del aporte de todos. De quienes integran la fundación, de quienes hoy están en el llamado Grupo Astor y de la comunidad toda. Pero apuntar a un mismo objetivo por caminos paralelos no parece ser el mejor método.
Vista la realidad, visto el ímpetu de la fundación y visto que el Grupo Astor tiene manifiesto interés en el mismo objetivo, la lógica es trabajar unidos, porque si los “de afuera” no nos ven unidos, no tendremos muchas posibilidades. La unidad debe ser nuestra mejor carta de presentación.


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