Paysandú, Sábado 25 de Abril de 2015
Locales | 19 Abr Las obras de ampliación y mejoramiento para la planta de portland de Ancap se realizarán, como estaba previsto, sin disminuir las inversiones aunque probablemente se alarguen los plazos de ejecución, según afirmó a EL TELEGRAFO el director del ente, profesor Juan Gómez.
Hace algunas semanas se especulaba con que las obras del “horno 3” podrían no realizarse y hasta que parte del equipamiento podría ir a reforzar la planta de Minas, y los trabajadores nucleados en la Federación Ancap se habían mostrado preocupados por una posible suspensión de los trabajos. El director Gómez estuvo en Paysandú aclarando esa situación y, luego de reunirse con el sindicato, explicó a nuestro cronista que “es muy legítimo que los trabajadores se preocupen por el futuro de la planta de portland de Paysandú, y nosotros compartimos la preocupación. Pero Ancap tiene un plan estratégico desde 2006, que incluye la continuidad de las obras que hasta ahora se han realizado. En la planta de Minas hicimos la fase 1, que es una parte del horno nuevo que nos permite producir alrededor de 330.000 toneladas de clínker al año, y queda la fase 2, que es lo relacionado con la molienda de crudo y de cemento, que deberíamos empezar a transitar en este quinquenio”.
EN PAYSANDÚ
Las obras hechas en el período pasado fueron “en el ensacado (pasando de 50 a 25 kilos por bolsa), la planta de molienda de petcoque (carbón de petróleo), que ya está dando sus primeros resultados, y queda una segunda etapa muy importante que es la colocación del horno 3, como le llamamos para simplificar, pero que incluye varias obras. Es la instalación del nuevo horno, que revolucionará el mercado de cemento, porque hoy con el horno 1 la producción es de unas 350 toneladas por día, con el horno 2 son 750 toneladas/día y con el horno 3 se producirán 1.800 toneladas/día de clínker”. Además, es probable que se deje de utilizar el horno 1 que, además de producir poco, es alimentado con fueloil y eso encarece el proceso”.
La instalación del horno 3 implica, además, el armado del cilindro y los quemadores, cuyos materiales ya están en la planta de Nuevo Paysandú y pueden verse las decenas de contenedores que están en el predio, que “fue una inversión de alrededor de 50 millones de dólares, más la molienda de crudo y una trituradora nueva totalmente automatizada que puede moler la piedra en diferentes tamaños, y una planta nueva de deshomogeneización, que es la que sustituye al puente grúa, cuya tarea es trasladar la piedra de un punto a otro. Ahora esta se hará con un nuevo sistema con cintas, que mejorará mucho las condiciones de trabajo. El horno 3 es un combo”, ejemplificó el jerarca. “Y de ahí la importancia de tener en cuenta la preocupación de los trabajadores, porque ya tenemos todo el equipamiento que se necesita. Lo que se trata ahora es de ver cómo administramos estas inversiones en el tiempo, considerando la situación económica, pero viendo cómo se administra en el quinquenio que transcurre”.
UNOS CUANTOS MILLONES
Agregó que “para esta obra ya tenemos el pliego de la licitación casi finalizado, una obra civil y de montaje de unos cuantos millones de dólares, un trabajo importante y que debe hacerse bien”. Con respecto a los plazos, dijo que “una vez terminado el pliego se llama a licitación, un proceso que dura más o menos un año hasta la adjudicación, y luego la obra en sí misma, como es muy importante, estará en el entorno de los 24 meses”. Sobre si la empresa constructora deberá cumplir condiciones especiales, Gómez indicó que “deberá ser una empresa de porte y con experiencia en la industria cementera, y hay empresas nacionales importantes que pueden hacerlo”.
En definitiva, y ante la preocupación manifestada por los trabajadores de la Federación Ancap, las obras se cumplirán de acuerdo con lo previsto y “es lo que tenemos en nuestro horizonte, lo que puede ocurrir es que haya que administrar esas inversiones, que quizás tengamos que demorar un poco más en hacerlas en cuanto al ritmo de inversiones acá, en Minas o donde sea”.
Aseguró que “las inversiones se van a hacer, y los niveles productivos que tendremos acá con el clínker nos permitirán tener una visión de colocación regional de exportación, que es lo que siempre hemos pregonado. Tenemos una buena parte del clínker y el cemento que lo ocupará la demanda local, pero también tenemos claras las necesidades de la región de estos productos”.
Consultado sobre si los problemas que están sufriendo las economías de Brasil y Argentina preocupan al ente por las exportaciones previstas, Juan Gómez aseguró que “en el caso de Brasil, parece más claro el escenario de dificultades para las exportaciones, producto de la devaluación y habría que ver la conveniencia de nuestros precios. De todas maneras, Brasil es deficitario de cemento en buena parte de su territorio, y hasta ahora no se ha demostrado que haya un sustituto del cemento para las obras de infraestructura como puentes y carreteras, así que por muchos años el cemento será central para la construcción”.
LA VENTAJA DEL RÍO
En el caso de Argentina, también hay posibilidades de colocación, estimándose entre 200.000 y 350.000 toneladas al año” que cruzarían posiblemente en barcazas desde el puerto de Paysandú hasta el de Concepción del Uruguay.
“Y a su vez están surgiendo mercados, como el paraguayo y el boliviano, que son demandantes, y en una situación diferente a Brasil y Argentina, porque estos dos países tienen una vida propia, porque a pesar de que hay un proceso de desaceleración a nivel regional y mundial, siguen creciendo a ritmos muy importantes, han ido técnicos nuestros a Bolivia y Paraguay y se nota el interés que hay por el cemento, clínker e incluso cal en esos mercados”.
El director de Ancap afirmó que Paysandú cuenta con “la ventaja del río para la utilización de barcazas. La hidrovía es un elemento central para colocar nuestros productos y ni hablar de la disminución de costos de flete, tanto a Paraguay como a Bolivia utilizando los ríos Uruguay y Paraná, por ese lado no aumentan los costos, y esos mercados ya son demandantes”. Dijo que “hoy no es posible exportar porque la producción de Paysandú y Minas juntas apenas alcanzan para el mercado local”.
AHORRO SANDUCERO
Juan Gómez afirmó que “en Paysandú tuvimos un ahorro en la energía que se utiliza desde la instalación de la planta de molienda de coque, de tres millones y medio de dólares por la sustitución del fueloil. En el caso de Minas, todavía no lo hemos notado porque recién ahora se empezó a incorporar el 100% de petcoke en sustitución del fueloil, y cuando se dé serán alrededor de un millón de dólares mensuales de ahorro entre las dos plantas.
En cuanto al origen del petcoke, explicó que “tuvimos una importación de Venezuela el año pasado, y ahora estamos por cerrar un nuevo convenio con PDVSA de un año, de mayo a mayo, que tendríamos que resolverlo ahora para obtener uno o dos cargamentos de petcoque para el próximo año, con la posibilidad de cambiarlo por clínker, pero para eso necesitamos mayor producción”.
HAY MENOS DÍAS DE TRABAJO
Gómez destacó el trabajo del Comité de gestión en Paysandú “en el que participa la gerencia y los trabajadores con el sindicato, que están tratando de mejorar las instalaciones actuales en el resto de la planta, que ha tenido dificultades de disponibilidad operativa en los últimos años.
En los cuatro últimos años hemos tenido menor disponibilidad operativa y es muy importante el aporte que se hace en ese comité de gestión a los efectos de buscar las herramientas para una mejor operatividad en las instalaciones actuales y pequeñas reparaciones hasta que vengan las nuevas unidades”.
Sobre a qué atribuye que los días de trabajo efectivo en la planta se han reducido, manifestó que “la explicación central es que el equipamiento que tenemos tiene 40 o 50 años, es de 1963, 1970, y son equipos de diferente procedencia, lo que complejiza aún más y aún en esas condiciones los compañeros de Paysandú están buscando cómo, de todas maneras, puede haber cosas que se pueden hacer para optimizar el funcionamiento”.
“Porque no alcanza con hacer inversiones y mejorar, sino que tiene que haber resultados, no nos resignamos a que el portland siga perdiendo, tiene que empezar a equilibrarse hasta que sea superavitario. Y eso será posible en pocos años si se dan dos parámetros fundamentales: que esté instalada la nueva tecnología y que se siga mejorando en la gestión. Estas cosas combinadas harán posible que el retorno económico de las inversiones demore menos”.
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