Locales | 26 Abr Por el centro de la ciudad se desarrolló la primera marcha convocada por clasificadores y animalistas bajo la consigna de “Ni caballos esclavos, ni humanos excluidos”, para poner fin a la tracción a sangre en el departamento.
La manifestación recorrió la semipeatonal y arribó a plaza Artigas, liderada por los recicladores y sus caballos sin carros, en compañía de la ONG Amigos de los Animales Paysandú (Ongaap), Basta de TaS Uruguay y activistas de Young y Montevideo, en reclamo de un programa que permita cambiar sus carros de tracción a sangre por motocarros.
El clasificador y convocante, Jorge López Sosa, mantuvo su optimismo en los resultados del encuentro y consignó que es una demostración de la voluntad del cambio. “Nos quieren sacar del centro, donde está nuestro trabajo por los restaurantes y las tiendas, pero no tenemos otra solución para trabajar. Con los motocarros ingresamos a todos los lugares y lo hacemos de manera más ágil”, precisó.
La presidenta de Ongaap, Laura de León, explicó que el programa Basta de TaS establece que cada reciclador recibirá un vehículo en comodato al entregar su caballo, que a su vez “se dará en adopción y no volverá a trabajar siquiera en equinoterapia. El motocarro será una herramienta de trabajo que no se podrá vender”.
La directiva precisó que esta modalidad de trabajo “es acorde al Siglo XXI e incluso los recicladores no serán retirados del centro porque con el motocarro tienen acceso a cualquier parte de la ciudad, ni tampoco serán insultados o discriminados como ocurre en la actualidad”. De León recordó que “Paysandú nuevamente es pionero porque se trata de la única ciudad de Latinoamérica donde la decisión de cambiar provino de los propios carreros”, a diferencia del “plan piloto de un año que debe instrumentarse con la entrega de cinco o diez motocarros para seducir a los demás recicladores, en el marco de un programa de convencimiento para realizar el cambio”.
La coordinadora de Basta de TaS Uruguay, Karina Kokar, precisó que las campañas se desarrollan a nivel latinoamericano. “El primer ejemplo es Colombia, donde se sustituyeron los caballos por motocarros a través de un acompañamiento de inclusión social con el otorgamiento de la libreta de conducir y programas de alfabetización. Lo que hacemos es adaptar una hoja de ruta a cada ciudad que es diferente”, señaló.
Explicó que en Montevideo, la actual administración municipal no aceptó el plan, “incluso fueron radicales con los clasificadores porque le prohibieron el tránsito por determinadas zonas. Somos, además, un movimiento social y estamos en contra de la exclusión de las personas, por eso buscamos una solución equitativa para ambas partes”, dijo Kokar a EL TELEGRAFO.
La activista añadió que el plan se llevará a la práctica en forma gradual, en tanto requiere de “un acompañamiento y ayuda de la Intendencia porque se trata de una población que quedará totalmente vulnerable y sin recursos si se les quita el caballo y no le otorgan una herramienta superadora”.
La marcha contó con la presencia de Walter Rodríguez, el primer reciclador proveniente de Montevideo que realizó la sustitución por el motocarro y decidió enviar a su yegua, Clotilde, a un campo en Mercedes. “Durante muchos años hemos sido perseguidos y ahora, en todas las campañas políticas, se trata de convencer acerca de la necesidad de sacar los recicladores de las calles, sin alternativa alguna para continuar con su trabajo que le permita obtener el sustento familiar”, precisó.
Rodríguez reconoció que “el parque automotor ha cambiado y crecido en Montevideo, por lo tanto, estamos más expuestos a los accidentes porque hay personas que saben que los animales se asustan con los bocinazos y lo hacen por gusto. El caballo dispara, provoca un accidente y después en los medios se titula que un animal produjo un siniestro”.
El reciclador remarcó que no le resultó fácil adoptar la decisión de desprenderse de su caballo, “pero al ver las campañas que promueven la erradicación de los carros, me convencí de que no tendría otra alternativa. Entonces, se acercaron los integrantes de Basta TaS que me aseguraron el traslado de la yegua y su cuidado y así, accedí a cambiar”.