Paysandú, Domingo 03 de Mayo de 2015
Locales | 03 May TEATRO FLORENCIO SÁNCHEZ NO DEBIÓ SER USADO EN LA CAMPAÑA POLÍTICA
Hace unos años, el entonces Intendente Bertil Bentos, nos convocó a una Comisión de Amigos, que deseaba constituir para trabajar todos unidos por la recuperación del Teatro Florencio Sánchez. Aceptamos con gusto la invitación, pues cuando se trata de bregar por grandes objetivos para Paysandú, siempre hemos estado en primera fila, como también lo hacen muchos sanduceros en diversos aspectos sociales, culturales, deportivos.
Pero lo que nos parece contradictorio y no se condice con aquella convocatoria, es que ahora el ex Intendente Bentos, publique un aviso político-partidario, diciendo: “Nada hizo la administración frenteamplista por recuperar el Teatro Florencio Sánchez. Las fotos son contundentes y muestran el estado de deterioro y abandono en el que se encontraba”.
Desde la apertura democrática se sucedieron: una intendencia colorada (Arq. Walter Belvisi), tres intendencias blancas (Dr. Jorge Larrañaga por dos períodos y el Esc. Alvaro Lamas, donde Bertil Bentos ejerció como secretario general) y una intendencia frenteamplista (Julio Pintos).
Ese proceso de deterioro viene de larga data, en un edificio de 150 años que requiere de permanentes mantenimientos y muchos recursos y de ninguna manera se le puede adjudicar a un período de 5 años (2005-2010) donde ejerció Julio Pintos. Seamos justos y honestos, en todo caso hablemos de responsabilidades compartidas.
Me consta que durante esa “administración frenteamplista”, se hizo. No lo suficiente pero se hizo. Como en estos años también se hizo, pero no lo suficiente. Pues siempre el Teatro requerirá de más obras. Falta mucho, muchísimo para ponerlo a punto y modernizarlo con total respeto hacia esa magnífica obra declarada Monumento Histórico Nacional.
En esos cinco años que se mencionan, se repararon canalones, se hicieron nuevos caños de bajadas de aguas pluviales con desagües directos al cordón de la vereda, se solicitó la habilitación a bomberos que no existía, la inspección y medidas a tomar en caso de incendio, se readecuó la instalación eléctrica, etcétera.
En cuanto a la fachada, que según Bentos “comenzaba a desprenderse de la caja del Teatro”, le oí decir a su ex Director de Promoción y Desarrollo “¡se nos derrumba el Florencio Sánchez!” Una versión alarmista que se tradujo en el cierre de la calle y que en realidad se trataba de una vieja fisura en el ángulo superior de la fachada con la medianera sur, que de ninguna manera constituía un riesgo como se pretendió. El ancho de ese muro frentista es de 50 centímetros. ¿Se puede derrumbar? Incluso se publica en este aviso de campaña, una foto donde aparece apuntalada la marquesina, en tanto tres puntales metálicos que iban desde la marquesina hacia arriba, siempre estuvieron descalzados sin amurar. Esto no tiene rigor técnico alguno. Más bien parece una operación propagandística.
En su momento me entrevisté con la Ing. Traverso del MTOP, a la cual la administración Pintos consultó sobre esa fisura y propuso una solución, de la cual me dio los planos que conservo, basada en abrir cajas para llaves y una viga perimetral de hormigón, que no convenció a la arquitecta de la Comisión de Patrimonio Cultural de la Nación y por tanto no se llevó a cabo. Tal como nos dijo el Ing. Magnone, que sabe mucho de reciclajes de edificios antiguos y que fue muy acertado invitarlo, el edificio del Teatro goza de buena salud, y esa fisura se puede solucionar mediante tensores metálicos que indicaré y así se hizo en años recientes.
También el aviso de la campaña de Bentos, dice que se construyó una bóveda sobre el techo (¿?). Lo que se hizo y fue muy acertado, fue forrar con chapas galvanizadas, todo el exterior usando la estructura existente. Sin embargo no se hizo lo mismo con la antigua medianera sur, Siendo la orientación más expuesta a la acción del viento y agua de lluvias. Hasta hoy tiene los ladrillos a la vista. Recién después de tener toda la “cáscara protegida” y de estar seguros de que no hubiera filtraciones o humedades exteriores, se tendrían que haber contratado obras de recuperación de cielorrasos de yeso.
Pongo este ejemplo, como otros de un proceso de obras, que nunca contó con un Plan Director, (lo que reclamamos varias veces sin ser oídos) pensando en un Teatro con un horizonte de por lo menos veinte años, para luego ir abordando las partes. Paso a paso. Metodologías de trabajo que adquirimos en nuestros estudios.
A lo cual se agrega una falta total de liderazgo técnico, cuando se debió contratar un técnico con experiencia en teatros para hacer el diagnóstico, elaborar el Plan Director y comenzar el proceso de obras bajo su dirección y entera responsabilidad.
Y conste que no confundo responsabilidades de la administración con la labor de la Fundación, que a pesar de estar destinada a apoyar y gestionar los recursos financieros, en todo momento hizo sugerencias y aportes varios entre otros de conocimientos técnicos.
Con lo cual deseo manifestar que todas las administraciones tienen sus luces y sombras, y aun reconociendo lo acertado de haber cerrado el teatro para hacer un diagnóstico y proponer su recuperación, lo que está mal es el uso que le ha dado el exintendente Bentos, llevando agua para su molino en la presente campaña electoral. Distorsionando un gran objetivo. Justamente en momentos que vemos declaraciones que dicen es “cada vez más imperiosa la necesidad de trabajar en forma conjunta y plural” y otras por el estilo.
Arquitecto Rubens Stagno
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