Paysandú, Lunes 04 de Mayo de 2015

Problema de ellos

Opinion | 27 Abr Cuatro de un total de seis exreclusos de la cárcel de Guantánamo protestaron durante el fin de semana frente a la embajada de Estados Unidos en reclamo de una vivienda para cada uno, más dinero y mayores facilidades para reunirse con sus familias.
La situación se remonta a unos quince días atrás, cuando la representación local de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) dejó de otorgarle una suma de 15.000 pesos mensuales, ante su negativa a firmar un documento bajo determinadas condiciones. Sin embargo, los dos restantes sí lo hicieron y no concurrieron a la embajada.
En tanto, los refugiados crearon un blog (exguantanamorefugeesinuruguay.wordpress.com), donde explican que tras 13 años en prisión “sin ningún tipo de cargo”, atraviesan ahora “una situación que no quisimos ni buscamos”. Los cuatro reconocen que Uruguay es un pequeño país, sin embargo apuntan al gobierno estadounidense, que debería proveer lo necesario para sus vidas. “Ellos no pueden delegar sus errores en otros, deberían ayudarnos con viviendas y soporte financiero”, aseguran.
Allí aclaran que no firmaron los documentos citados porque las condiciones planteadas son diferentes al acuerdo “de palabra” con el canciller Rodolfo Nin Novoa. Según los exreclusos, el ministro aseguró que como refugiados políticos y durante su residencia en Uruguay, el gobierno les proveería viviendas “y también dijo que cubriría las cuentas (agua, luz, gas e Internet) durante 3 años”.
Finalmente señalan que no están de acuerdo con las condiciones ofrecidas por el Servicio Ecuménico para la Dignidad Humana (Sedhu), en representación de Acnur, “sin embargo sí estamos de acuerdo con las condiciones que el ministro de Relaciones Exteriores nos ofreció cuando nos reunimos con él”.
En diciembre de 2014, la exembajadora de Estados Unidos, Julissa Reynoso, fue despedida con gran pompa de nuestro país al finalizar su período al frente de la delegación extranjera. Se había transformado en un personaje clave --por su insistencia-- para el traslado de los refugiados al país, que se concretó una madrugada cualquiera y en reserva.
El acuerdo, que estaba cerrado desde mediados de ese año, se mantuvo en secreto y sus alcances no fueron divulgados. No obstante, las especulaciones se tejieron a gran escala y la polémica con la oposición se discutió desde diversos ángulos. Algunos apelaron a la historia de un país abierto a los refugiados políticos y enumeraron largos ejemplos, otros elevaron sus dudas hasta la confluencia con actos terroristas. Lo cierto es que los ciudadanos debimos “comernos la pastilla” del país solidario y abierto, sin saber con certeza cuáles fueron las razones del traslado.
El apuro para cerrar ese “ignominioso” lugar, que según el expresidente Mujica significa Guantánamo, no se logró todavía y nadie sabe cuándo se hará. Lo único cierto es que Uruguay tomó para sí un problema ajeno y que la embajada lo atenderá recién hoy, “durante el horario de trabajo de esta representación”, tal como reza el comunicado emitido.


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