Paysandú, Lunes 11 de Mayo de 2015
Opinion | 05 May Con la apertura de un nuevo período de vacunación contra la aftosa en nuestro país para vacunos menores de 2 años, el Uruguay mantiene la línea que ha abordado a partir de la crisis por la aftosa en 2001 en la región, que significa una medida preventiva que es eficaz si se mantienen los controles y se asumen responsabilidades por los actores involucrados, como debería ser natural. Es así que más allá de los avances registrados en la lucha contra la fiebre aftosa en América del Sur --donde se llevan tres años y tres meses sin focos clínicos-- “Uruguay no tiene pensado en el corto plazo dejar de vacunar” contra la enfermedad, aseguró el director de los Servicios Ganaderos (MGAP), Francisco Muzio, en defensa de esta postura de asegurar los tantos, pese a las ventajas que en la cotización de nuestras carnes representaría el estar libre de aftosa sin vacunación.
La meta es “trabajar integrado con los países de América del Sur para recorrer el proceso hacia la erradicación con medidas que sean muy uniformes para los diferentes ecosistemas ganaderos”, dijo Muzio, mientras se dejaba todo listo para que desde este lunes se cumpla en Uruguay con el segundo período de vacunación de bovinos, en este caso los menores de dos años (categorías conocidas como solteras), que abarcará todo el mes y que resulta fundamental para que el país pueda mantener su estatus de libre de fiebre aftosa con vacunación.
Es que cumplir este compromiso ante la Organización Mundial de Sanidad Animal (OIE), el máximo órgano sanitario a nivel mundial, significa mantener los mercados abiertos y destrabar el ingreso en otros, generando más valorización por los animales en pie, la carne y los subproductos exportados.
El director de la División Sanidad Animal, Federico Fernández, estimó que se estarán vacunando en el entorno de seis millones de cabezas bovinas. Recordó que los primeros 15 días de mayo no se pueden mover animales, salvo con destino a faena y aseguró que se estará revacunando un buen número de animales por segunda vez. “Son animales nacidos el año pasado, los cuales fueron vacunados en febrero y ahora refuerzan su inmunidad. Sabemos que el productor y el veterinario de libre ejercicio tienen conciencia del buen uso de la vacuna, el mantenimiento de la cadena de frío, la aplicación en animales descansados y la necesidad de mantener la cadena de frío”, subrayó. En realidad los problemas en controles y en seguir los protocolos no radica mayormente en Uruguay --siempre hay excepciones, como en todos los órdenes de la vida-- y es así que nuestro país no se puede descansar en las mejoras sanitarias que muestra la región, sino que tiene que continuar trabajando para mantener su sanidad y continuar abriendo mercados.
Debe tenerse presente que de acuerdo al estatus sanitario refrendado por la OIE, el total de bovinos libres de fiebre aftosa sin vacunación es poco más de 4%, pero prácticamente el 90% del rodeo vacuno sudamericano es libre con vacunación, y hay una zona de protección entre Venezuela y Colombia que aplica Venezuela y la zona infectada es un poco más de 6% (Surinam y Guyana Francesa). Precisamente el secretario técnico del Comité Veterinario Permanente (CVP), Edgardo Vitale, reconoció que la mayor preocupación de la región hoy es Venezuela, porque su programa “no ha logrado consolidarse y por lo tanto, diferentes instituciones --ya sea el CVP, la OIE o el Centro Panamericano de Fiebre Aftosa-- están haciendo esfuerzos para poder integrar a Venezuela al combate de la enfermedad, que sería el lugar donde podría existir endemismo”, es decir una zona con presencia permanente de la zoonosis y por lo tanto una potencial fuente de difusión hacia el resto del Cono Sur latinoamericano. Al mismo tiempo, se da que Ecuador logró el reconocimiento de país libre de fiebre aftosa con vacunación.
Ya fue aprobado por la Comisión Científica de la OIE y queda a refrendar por la Asamblea de los delegados para lograr ese status el mes que viene, de acuerdo a lo señalado por Vitale. Y con la presidencia del CVP en sus manos, Uruguay envió una nota a las autoridades de Venezuela para que se incorpore al organismo y también se apunta a que sea incorporado en el nuevo programa Mercosur Libre de Aftosa, en su segunda versión, que está para presentarse en breve, de forma de incorporar en forma permanente controles que permitan que la región actúe como un todo y no haya islas donde la ausencia de regulaciones favorezca que siga vigente la amenaza permanente de epidemias que se traduzcan en desastres económicos para una región que depende de sus productos primarios de exportación, entre ellos precisamente la carne. Es que todavía está muy cerca en el tiempo lo ocurrido en América Latina en 2001, cuando la epidemia de fiebre aftosa se extendió como reguero de pólvora desde los países vecinos hacia Uruguay, donde ya se estaba libre de esta zoonosis sin vacunación para obtener mejores precios en los mercados internacionales, y en los lugares donde se originaron los brotes en cambio no se estuvo a la altura de las circunstancias y no se actuó responsablemente.
Sin duda, productores de los países vecinos como Argentina tuvieron una alta cuota de responsabilidad en la epidemia, por cuanto sin dudas hubo falencias en la vacunación, en el mejor de los casos, cuando es sabido que es imposible mantener el ganado si contaminar cuando no existen barreras naturales que puedan impedirlo. Pero además los organismos de control sanitario, sobre todo de la Argentina, también trataron de ocultar hasta último momento los brotes, y ello permitió que las respuestas fueran tardías y desacompasadas en el inicio ante la gravedad de la situación, lo que llevó a las graves consecuencias económicas para Uruguay, y que fueron prolegómeno de la crisis de 2002. Estos elementos sin duda pesan a la hora de las decisiones para seguir adelante con la vacunación, y aunque se ha mejorado notoriamente la actuación de los organismos de control ante la cooperación entre los países involucrados, por lo menos hasta ahora no se dan las condiciones para dejar de vacunar, porque pese a todo, todavía hay bolsones complicados y hay mucho más para perder que para ganar sin esta medida de prevención.
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