Paysandú, Viernes 22 de Mayo de 2015
Opinion | 19 May A propósito de la información que diéramos a conocer en las páginas de Rurales de EL TELEGRAFO sobre la puesta en venta de una productora emblemática de arándanos para la exportación en Paysandú, como es Midgold, y que según sus principales, mantiene el principal problema de los costos laborales, corresponde traer a colación que estamos ante un escenario que no es solo una problemática de la citada empresa. Así, ya hay documentos muy analíticos de entidades empresariales que alertan sobre la evolución negativa para la rentabilidad de numerosos emprendimientos en Uruguay, tanto los que trabajan para el mercado interno como para el exterior, y en el caso de Paysandú, precisamente, salvando distancias y condiciones específicas del sector, es indudable que hay más empresas emblemáticas en dificultades; y el ejemplo más notorio es el de Azucarlito, que ha visto incrementado sus costos salariales y de funcionamiento ante un mercado además debilitado en precios y demanda. Sin ir más lejos, también en la reconvertida Tessamérica, transformada en cooperativa con el auxilio de los recursos del Fondes, ha debido enviar temporalmente personal al Seguro por Desempleo para reducir los costos laborales y consecuentemente los costos de funcionamiento, por las dificultades en los mercados y el componente de costos-precios, aun cuando la masa salarial actual de esa industria está muy lejos de la que tenía Paylana incluso en su última época. Todo esto indica que estamos ante un común denominador en los emprendimientos por encima de sectores y particularidades.
La puesta en venta de Midgold S.A., de capitales argentinos y sanduceros, uno de los emprendimientos pioneros en la producción de arándanos en el norte del país, da la pauta de cómo viene la mano, sin entrar en tremendismos, pero como un signo de alerta palpable de los problemas de rentabilidad, que han hecho también que Paysandú perdiera no hace mucho un establecimiento citrícola de exportación.
En Midgold actualmente se cuenta con algunos operarios que se dedican al mantenimiento de las plantas, pero se estima que si no se llega a concretar el negocio antes de la época de cosecha --octubre-noviembre--, se realizaría una poda ante la imposibilidad de hacer frente a la recolección de la fruta, que es donde se registran los mayores costos operativos.
De todas maneras, desde la empresa aguardan con expectativa que el negocio pueda concretarse con anterioridad a esa época. Midgold cuenta con 70 hectáreas en producción de 120 plantadas, habiéndose reconvertido oportunamente a nuevas variedades con plantas de alto valor y productividad, relegando variedades antiguas y áreas de menor calidad del suelo.
Uno de los principales inconvenientes desde su creación ha sido el costo de la mano de obra, y según los empresarios, “el 70% de los costos corresponde a mano de obra y desde 2005, cuando iniciamos la producción hasta el presente, los sueldos subieron 410% en dólares”. Además, “los ingresos no se modificaron en este período, con un precio de la fruta que no ha tenido firmeza en el mercado, por lo que no somos competitivos”, dijeron. “Otro importante porcentaje es de combustible y energía eléctrica, ambos muy encarecidos en el país, que aumentan significativamente los costos”, agregaron.
Es decir, más allá del positivo aporte social de que los trabajadores perciban salarios por lo menos decorosos, en la actividad que sea, está de por medio la realidad económica, que se puede sintetizar en que Uruguay es un país caro para producir, y que a la vez el Estado se lleva la parte del león.
De acuerdo a un documento de la Cámara Nacional de Comercio y Servicios, dado a conocer recientemente, la actividad comercial continúa atravesando un proceso de desaceleración, convergiendo a tasas de crecimiento cada vez más pequeñas y en algunos sectores resultando incluso negativas. En ese sentido se observó que en el primer trimestre del año la actividad comercial registró un crecimiento menor respecto al año anterior, en la mayoría de los sectores considerados. Por ese motivo, señaló el estudio, los empresarios han revisado sus expectativas adaptándose a las nuevas condiciones que se presentan más inciertas: menor dinamismo de la demanda del sector privado, mientras que a nivel del sector público el gasto del gobierno tendrá que procesar un ajuste en el mismo sentido evitando deteriorar aún más el resultado de las cuentas públicas. La Cámara de Comercio explicó que si bien algunos sectores de actividad relevados por la encuesta aún mantienen niveles positivos en la variación de sus ventas en términos reales, en la casi totalidad se produjo un deterioro en términos de rentabilidad, reflejando que la evolución de precios no incorpora cabalmente la ecuación de costos. Ese aspecto, está llevando a las empresas a “realizar determinados ajustes para amortiguar dicho efecto negativo sobre los niveles de rentabilidad”.
Es por eso, que en ese contexto “el aumento de los costos laborales se presenta como una de las principales preocupaciones del sector empresarial. A su vez, al costo salarial deben sumársele el costo tributario, las tarifas públicas y los costos asociados al proceso de comercialización, los cuales en un contexto de menor dinamismo de la actividad comercial se hacen cada vez más pesados y difíciles de enfrentar”, afirmó el documento.
La gremial empresarial señaló que para este año se deberá seguir de cerca el desarrollo de los acontecimientos que se están dando a nivel internacional como el fortalecimiento del valor del dólar, la caída en los precios de los commodities, el menor nivel de actividad económica y la depreciación de las monedas de las principales economías emergentes. Y mientras sigan creciendo los costos y reduciéndose los ingresos, sin las medidas de ajuste del Estado para no seguir con su gasto delirante, difícilmente se pueda revertir esta ecuación.
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