Opinion | 21 May Se espera que 60.000 personas de 120 localidades de todo el país accederán a charlas y presentaciones de más de 300 investigadores, docentes, emprendedores y técnicos, que voluntariamente volcarán su experiencia y conocimientos en las distintas actividades que se realizarán en más de 250 centros educativos, en el marco de la Semana de la Ciencia y la Tecnología, que se desarrollará hasta el próximo domingo. El tema central de este año es la luz en el marco de la decisión de la Asamblea General de las Naciones Unidas y la Unesco que decidieron declarar a 2015 como el Año Internacional de la Luz y las Tecnologías Basadas en la Luz.
Para nuestra Semana de la Ciencia y Tecnología esta edición es especial ya que se cumplen diez años de trabajo en pos del objetivo de acercar el conocimiento en ciencia, tecnología e innovación a la sociedad. En este sentido, es un dato alentador que más de 350 centros educativos, instituciones sociales y deportivas hayan solicitado charlas de investigadores en distintos temas de su interés. Al mismo tiempo, resulta importante destacar que más de 300 docentes, investigadores, técnicos y emprendedores se inscribieran, en forma voluntaria, para brindar conferencias e intercambiar información con el público.
Con la intención de acercar a la población, en particular los jóvenes a la ciencia el país tiene también una larga trayectoria en materia de popularización de la cultura científica, a través del programa del mismo nombre que desarrolla la Dirección de Innovación, Ciencia y Tecnología del Ministerio de Educación y Cultura, que anualmente organiza las ferias de ciencia en todo el país con la participación de cientos de clubes de ciencia y miles de niños y jóvenes de todos los niveles educativos, desde preescolar a bachillerato. Salidos de ese semillero, son por ejemplo los tres grupos de jóvenes uruguayos que acaban de obtener menciones en la Feria internacional de Clubes de Ciencia en Pittsburg, Estados Unidos.
La mejora de asignación --aunque todavía insuficiente-- en ciencia y la consolidación de un Sistema Nacional de Investigadores y de un Sistema Nacional de Becas de apoyo en formaciones de postgrado han permitido otros avances y, en este sentido, no es menor contar con una producción científica nacional de calidad que cumple con los mejores estándares internacionales.
Ninguno de estos son temas menores porque la capacidad de innovación de un país, así como las posibilidades de realizar desarrollos propios o adaptados a sus necesidades en materia de ciencia y tecnología definen en muchos casos, a corto o largo plazo, su potencial de desarrollo y crecimiento.