Locales | 16 May “Tiemblo por la vida, no por la muerte. Lo que venga después me tiene sin cuidado; ni siquiera entiendo cómo pueden dudar. Saber qué es lo otro me es demasiado fácil: es nada. Y punto”. Esto se lee en “El apuntador”, obra teatral de Carlos Maggi, autor dramático, historiador, ensayista y abogado que falleció en la víspera, en su casa del balneario Las Toscas, en Canelones.
Era uno de los últimos representantes de la fermental Generación del 45, integrada también --y entre otros-- por Manuel Flores Mora, Ángel Rama, Emir Rodríguez Monegal, Carlos Real de Azúa, Carlos Martínez Moreno, Mario Arregui, Mauricio Muller, José Pedro Díaz, Amanda Berenguer, Mario Benedetti, Ida Vitale, Idea Vilariño, Líber Falco, Carlos Brandy, María de Montserrat, María Inés Silva Vila (quien fuera su esposa), Giselda Zani y Armonía Somers.
Tenía 92 años y seguía en actividad, opinando de diversos temas de la actualidad nacional. Tanto que el jueves había grabado lo que sería su última participación en el programa radial “En perspectiva”, conducido por Emiliano Cotelo. Formaba parte del jurado de un concurso de cuentos del programa y había decidido leer “La mesa que trajo de vuelta a mi padre (creencia popular)”, de María Urquhart Pérez.
Fue uno de los más destacados columnistas de Marcha --donde fue humorista-- y también escribió durante años en El País. Fue también director del Sodre y de Canal 5, y como abogado redactó la carta orgánica del Banco Central.
Es considerado además uno de los mejores dramaturgos de la historia uruguaya. Desde 1958 varias de sus obras de teatro han recibido premios a la mejor obra del año: “La trastienda” (1958), “La biblioteca” (1959), “La noche de los ángeles inciertos” (1960), “El patio de la torcaza” (1967), “Frutos” (1985), “El patio de la torcaza” (segunda versión, 1986) y “Un cuervo en la madrugada” (1989).
No obstante, Maggi es especialmente recordado como historiador y dentro de eso, como un sensible artiguista, desde que dedicó varios libros a la vida, gesta e ideas de José Artigas. El último de ellos fue publicado el año pasado, “El libro de Artigas”. También escribió “Artigas y su hijo el caciquillo” (1991), “Artigas y el lejano norte” (1999) y “La nueva historia de Artigas” (2005, ocho tomos).
Entre tantas otras cosas, Maggi realizó además en 2013 el libreto de la ópera “Il Duce”, estrenada en el Teatro Solís, escrita con Mauricio Rosencof y con música de Federico García Vigil. Como ensayista se destaca “El Uruguay y su gente” (1963), “Gardel, Onetti y algo más” (1964), “La República desoriental” (1996), “La reforma inevitable” (1994) y “El fin de la discusión” (2002).
En 2002 la Cámara Uruguaya del Libro lo premió con el Bartolomé Hidalgo a la trayectoria. En 2011 recibió el Premio Nacional de Literatura del Ministerio de Educación y Cultura por su obra “El mejor teatro”, en la categoría drama. En 2014 fue distinguido por la Dirección Nacional de Cultura del MEC con la Medalla Delmira Agustini en reconocimiento a su contribución de modo excepcional con la cultura y las artes.
El presidente Tabaré Vázquez le envió una carta de condolencia a los familiares en la que indicó que “sentimos que el Uruguay está perdiendo a otro de sus hijos dilectos. Maggi fue no sólo un destacadísimo historiador, abogado, escritor e intelectual, cuya impronta seguirá latente en quienes tuvimos la alegría de conocerlo y tratarlo, sino que fue un ser humano excepcionalmente pródigo en su sabiduría de vida”.
“Seremos cada uno de nosotros los que seguiremos rindiéndole homenaje cada día que notemos la ausencia de sus agudos comentarios sobre la actualidad política y social, cuando extrañemos el relato de sus recuerdos tan ricamente narrados sobre quienes pertenecieran a la Generación del 45”, agregó el mandatario.
El Poder Ejecutivo, además, decidió tributarle honores fúnebres en razón de haber integrado el Directorio del Sodre y “de desarrollar una pródiga labor profesional, literaria, histórica y periodística, reconocida nacional e internacionalmente, transformándose en un referente cultural de nuestro país”, por lo que sus restos serán velados hoy, entre las 10 y 12, en el Salón de los Pasos Perdidos del Palacio Legislativo.