Opinion | 23 May Recientemente, por espacio de dos días se reunieron en Termas de Guaviyú investigadores universitarios del Litoral Norte, con el objetivo de presentar sus equipos de trabajo, líneas de investigación y el equipamiento con que cuentan para llevar adelante su trabajo.
La prorrectora de Investigación, doctora Cecilia Fernández, participó en las jornadas y al cierre de la actividad consideró que el encuentro ha sido muy oportuno, al tiempo que comprometió su presencia en las sedes para visitar a los investigadores en sus lugares de trabajo.
En este caso se trata de un total de 38 grupos de las respectivas áreas del conocimiento que efectuaron presentaciones de sus trabajos referidos a las actividades que están realizando en las sedes universitarias de Paysandú y Salto, lo que fue además una oportunidad propicia para evaluar desafíos y potencialidades en cada área.
En gran medida más allá de la difusión de trabajos y considerar cuáles son los retos que se deben superar en estos acometimientos, la convocatoria ha permitido conocer con mayor profundidad qué es lo que se está haciendo más allá de las cuatro paredes de cada grupo, compartir aspectos de las líneas de investigación, capacitación y promoción, así como tener la posibilidad de un mejor aprovechamiento de equipos y recursos humanos disponibles, evitando de esta manera una compartimentación extrema que resulta inconducente.
Más allá de la contribución a consolidar el Centro Universitario Regional Litoral Norte, que implica a la vez avanzar en la descentralización de la enseñanza terciaria, debe tenerse en cuenta que la investigación comprende áreas como la salud, el medio ambiente, los alimentos, la sociedad y la cultura, la educación, el turismo y el desarrollo local.
En este sentido, debe valorarse el aporte que se haga desde el punto de vista de la academia para adentrarse en problemáticas que muchas veces son muy focalizadas y que cambian de un lugar a otro, y sobre las que precisamente no suele haber una investigación basada en datos procesados desde el punto de vista técnico.
En este caso, el trabajo de los 38 grupos se ha orientado a determinadas disciplinas, subdisciplinas y enfoques interdisciplinarios con una mirada regional, lo que en una tarea sistemática está llamado a ser de fundamental importancia para detectar fortalezas y debilidades, así como para diseñar eventuales correctivos.
Es decir, una tarea enmarcada en potenciar la acción universitaria, pero sobre todo con la orientación de proyectarla hacia la comunidad, con las miras puestas en el desarrollo y la capacitación, los que son instrumentos clave en esta búsqueda incesante del conocimiento aplicado.