Opinion | 24 May El subsecretario del Ministerio del Interior, Jorge Vázquez, instaló un nuevo guarismo que refiere al valor que mide a la mayoría de los robos con violencia existentes en el país: “en Uruguay no hay grandes blancos accesibles para los delincuentes. Esto, sumado al sistema de patrullaje y los controles que se están haciendo, han llevado a que los delincuentes tengan menos oportunidades de robar y por montos menores. El 80% de las rapiñas que se cometen son por menos de $ 2.000”.
El impertérrito jerarca explicaba de esta forma el estado de situación de la delincuencia en el territorio nacional, tras las consultas vinculadas a la desaparición de la médica ginecóloga, cuyo caso cumple hoy una semana.
A mediados del año pasado, Vázquez aseguró que “preocupan mucho más las muertes por accidentes de tránsito, enfermedades infecciosas y tumorales que los homicidios por violencia” y criticó las cifras que divulgó Fundapro (el observatorio que integra el sector del Partido Colorado, Vamos Uruguay) por “sembrar alarmismo donde no lo hay”.
También en aquellas circunstancias dijo la famosa frase: “si no están vinculados a la delincuencia, narcotráfico y carecen de problemas familiares importantes, tengan la seguridad de que nadie los va a matar”. Imaginemos por un momento si el entorno de la doctora Milvana Salomone, recordara esas palabras justo este día, cuando la búsqueda ha sido infructuosa y hasta el momento solo fueron demorados delincuentes de poca monta que tampoco aportaron a la causa.
En esta oportunidad, la tecnología jugó un papel limitado y sólo cuando unas vecinas advirtieron que una camioneta había tomado fuego en una tranquila zona, la investigación adquirió un rumbo desconcertante, hasta el momento.
El “hermetismo” y la existencia de “mucha información” --según Vázquez-- bajo las actuales circunstancias no aportan mayores certezas ante un caso que recuerda al de la adolescente argentina Lola Chomnalez. Tal vez la única diferencia entonces, es que había un cadáver sobre el cual investigar y en el caso de la médica floridense, no hay nada al respecto. Igualmente, sigue sin resolverse el asesinato de la joven de 15 años ocurrido hace cinco meses.
La inexistencia de pistas que arrojen luz sobre este caso “muy complejo”, abren la cancha a las especulaciones, pero fundamentalmente a las declaraciones reiteradas que apuntan a las “nuevas modalidades delictivas”.
Si esto es así, entonces ya no hay nada que decir. Los nuevos comportamientos delictivos requieren otra mirada y capacitación humana y tecnológica, en tanto los casos no se resolverán solo con hermetismo ni pistas para quienes escuchan. A veces contar con “mucha información”, no significa la resolución de un homicidio, secuestro o desaparición.