Cruzan los dedos por los arrepentidos

Deportes | 28 May El golpe que dio en la víspera el Departamento de Justicia a la FIFA puso patas para arriba al mundo del fútbol.
Mientras en Estados Unidos comenzaba a darse a conocer la información oficial, en Suiza la FIFA estudiaba los pasos a dar.
El primero en hablar fue el director de Comunicación y Relaciones Públicas, Walter De Gregorio, quien dejó en claro que FIFA es parte afectada, y que el organismo le daba la bienvenida a la investigación, con la que colaborará en todo aspecto.
Mientras, seguramente el presidente Joseph Blatter, que tenía todos los boletos para ser reelegido nuevamente mañana, estaría rompiéndose la cabeza en su oficina para intentar pensar qué pasos dar.
El primero, horas después, fue emitir un comunicado en el que FIFA anunciaba la suspensión provisional de 11 de los involucrados, incluyendo a los siete detenidos en Suiza: Jeffrey Webb, Eugenio Figueredo, Eduardo Li, Julio Rocha, Costas Takkas, Rafael Esquivel, José María Marín, Jack Warner, Nicolás Leoz, Chuck Blazer y Daryll Warner.
El segundo, fue un comunicado del propio Blatter, en el que habló de “un momento difícil para el fútbol”, la promesa de trabajar para que FIFA “esté libre del mal comportamiento”, y de entender y saber “que los acontecimientos de hoy tendrán un impacto en la forma en la que muchas personas nos ven”.
Blatter volvió a indicar que “debe quedar claro que damos la bienvenida a las acciones y a las investigaciones realizadas por las autoridades de Estados Unidos y Suiza, y creemos que va a ayudar a reforzar las medidas que ya ha tomado la FIFA para hacer hincapié en las acciones que hemos tomado y seguiremos tomado”, agregando que la acción tomada ayer por la Oficina Suiza de la Procuraduría General “se puso en marcha luego de que presentáramos un expediente a las autoridades suizas a finales del año pasado”.
Pero para muchos Blatter ya no está tan seguro. Primero, de poder acceder a la reelección tras el escándalo mientras la UEFA pide postergar las elecciones. Segundo, porque recién se apuntó a la corrupción de FIFA de este lado del mundo, sin mirar de lleno al otro lado del océano, y está claro que él también está en la mira; como lo estuvo su antecesor, el brasileño Joao Havelange, que debió retirarse ante las sospechas de corrupción.

LOS ARREPENTIDOS
Para colmo, el propio Departamento de Justicia de Estados Unidos anunció que contó con la colaboración de varios arrepentidos, que a cambio de reducción de las respectivas penas aportaron datos más que importantes, como por ejemplo Daryll Warner, Dayran Warner y José Hawilla.
Pero el más importante es Charles Blazer, el estadounidense exsecretario general de la Concacaf y exmiembro del Ejecutivo de la FIFA, que se declaró culpable de 10 cargos: conspiración de crimen organizado, conspiración de fraude electrónico, conspiración de lavado de dinero, evasión de impuestos y la falta de presentación de un informe del Banco Exterior y Cuentas Financieras (FBAR). Pagó casi dos millones de dólares y aceptó pagar una segunda cantidad que se determinará en el momento de la sentencia.
En 2011 el FBI decidió, tras tenerlo en la mira, apuntar definitivamente a Blazer, responsable de haber llevado a Estados Unidos al Mundial de 1994. Tras amenazarlo con llevarlo a la cárcel por todos los cargos ya descriptos por una enorme cantidad de años, decidió colaborar y llevar consigo, a cada reunión de FIFA o de la Concacaf, un llavero con cámara y micrófono incluido.
Esta colaboración fue clave para confirmar muchas de las cosas que eran un secreto a voces, y para que la Justicia de Estados Unidos comenzara definitivamente a sumar pruebas contra los dirigentes corruptos, llegando a su detención y solicitando la extradición para ser juzgados en su país, lo que no será fácil. Incluso quedaron al descubierto los hechos de corrupción sucedidos a la hora de elegir las sedes de los Mundiales 2018 y 2022, los de Rusia y Catar, respectivamente. Aunque los hechos de corrupción van más allá, incluso a la designación de Sudáfrica como sede de la cita mundialista de 2010, y de la reelección de Joseph Blatter como presidente en 2011.