Paysandú, Lunes 08 de Junio de 2015
Opinion | 01 Jun Debido al enlentecimiento económico, provocado por un escenario con posibilidades de exportación deterioradas y por una demanda de productos primarios estancada, uno de los sectores más afectados es, sin dudas, la logística. Un área clave estrechamente ligada al desarrollo del tramado productivo, sobre todo en lo que refiere a los esquemas de importación y mercadería en tránsito.
El punto es que la logística involucra muchos aspectos de carácter estructural y coyuntural, principalmente en el caso de la infraestructura perdurable y en desarrollo, por lo que es impensable actuar en esta materia esperando el golpe del balde, sino que es preciso anticipar las acciones o, en el peor de los casos, acompasarlas.
Ocurre que la infraestructura no se genera de un día para el otro, primero porque no se improvisa, sino que requiere proyectos de carácter integral y fuentes de financiación para ejecutarlos, y, además, debe trascender un panorama coyuntural, apostando a escenarios sustentables y posibilidades de futuro.
No es un secreto para nadie que aún con serias dificultades, tanto en Uruguay como en otros países de la región, se ha tratado de acompañar con estos servicios la nueva realidad económica mundial, sobre todo para exportaciones de productos primarios de gran volumen y bajo valor relativo. En Uruguay, un claro ejemplo se da con los granos y la madera, a través de una infraestructura vial y de puertos, que también involucra depósitos y una red de apoyo muy vasta.
Cuando estamos ya casi terminando el primer semestre del 2015, el sector logístico sigue con cautela el desarrollo de los acontecimientos; las cosas no vienen tan bien para los commodities uruguayos y se hace necesario un análisis fino de los costos de una actividad que se ha enlentecido, local y regionalmente.
El presidente de la Cámara Uruguaya de Logística (Calog), Juan Carlos Rodríguez, al evaluar la situación ya adentrado el 2015, consideró que se está ante un aumento en el costo de la mano de obra, los insumos y la construcción de instalaciones, con el agregado de un incremento en el precio de la tecnología, cada vez más necesaria en el sector.
La logística tiene por delante no solo el desafío de la gestión de costos, sino contribuir a mejorar la competitividad, que conlleva lograr mayor rapidez de respuesta y flexibilidad frente a la demanda. Su desarrollo es importante en cualquier esquema exportador, pero mucho más en el caso de Uruguay, donde el flete tiene gran incidencia por tratarse de cargas de gran volumen y bajo valor relativo.
En Uruguay, el desarrollo logístico no está pensado únicamente para la exportación, aunque sea el principal objetivo, sino también en lo que refiere a la actividad para el mercado interno, el transporte de bienes de consumo masivo mantiene un nivel de actividad dinámico, pero el de bienes tecnológicos, por ejemplo, ha decaído.
La realidad regional no se puede soslayar: preocupa la caída en el movimiento. Para el presidente de Calog, se presenta un desafío al gobierno de Tabaré Vázquez para que los países vecinos flexibilicen las trabas, punto clave para la reactivación de los centros logísticos locales vinculados con esas naciones.
La economía estancada y ya en recesión en Brasil, con una caída de la actividad en Argentina y sus consabidas trabas, afecta el consumo, a lo que se agregan medidas específicamente dirigidas a canalizar el transporte de mercaderías portuarias por las terminales argentinas.
Uno de los aspectos de mayor alcance en los desafíos planteados es el hecho de que Argentina no permite que sus exportaciones hagan transbordo portuario en Montevideo ni que lleguen a su país productos de origen extrarregionales desde Uruguay.
Este nuevo factor pesa en la ecuación financiera de las empresas que amortizan las importantes inversiones que realizaron en la periferia de Montevideo, con grandes galpones de última generación, y que, en un entorno de enlentecimiento, se hace más sensible el pago de las inversiones.
Naturalmente la logística, al ser un servicio dependiente de la demanda internacional e interna, de las formas de producción, de la coordinación de transporte multimodal, debe ir acompasando las exigencias del esquema. Con inversiones condicionadas a escenarios de corto, mediano y largo plazo, ya sea con participación estatal, privada o mixta, replanteos se hacen imprescindibles. Aún queda una costosa infraestructura para financiar, en gran parte todavía ociosa, antes de pasar a ser un esquema de carácter estructural para el futuro. Los problemas actuales han surgido de las carencias que se arrastran desde hace décadas, y se ha hecho bien en tratar de ponerse a tono con el desafío. Las inversiones de riesgo, por sus características, trascienden el escenario puntual y pasan a formar parte de un esquema duradero, que mucho necesitamos para no perder rueda cuando se revierta el ciclo internacional.
EDICIONES ANTERIORES
A partir del 01/07/2008
Jun / 2015
Lu
Ma
Mi
Ju
Vi
Sa
Do
12
12
12
12
12
Diario El Telégrafo
18 de Julio 1027 | Paysandú | Uruguay
Teléfono: (598) 47223141 | correo@eltelegrafo.com