Paysandú, Martes 16 de Junio de 2015
Rurales | 16 Jun Un riesgo reproductivo y, por lo tanto, económico importante se observa “en el 7,79% de los reproductores ovinos del país, lo que deberían ser eliminados, pero un 4,71% también deberían ser cuestionados”, señaló en el marco de las 43ª Jornadas Uruguayas de Buiatría el doctor Pablo Marinho, al presentar un trabajo de evaluación de la aptitud reproductiva potencial en carneros realizado entre 1999 y 2015.
Marinho --de profesión liberal-- precisó que en líneas generales y según los datos obtenidos, “por cada 100 carneros revisados tenemos ocho eliminados y cinco cuestionados”. Esto, llevado al total del país, resultaría en que 12.919 carneros “no estarían en condiciones de padrear, y 7.811 tendrían su funcionalidad cuestionada”.
Según la Dirección de Contralor de Semovientes (Dicose) del año 2013, hay en Uruguay 4.270.172 ovejas de crías y 169.218 carneros en servicio. Estos números arrojan un promedio de 3,96 carneros cada 100 vientres. Se establece que unos 330.722 vientres serían servidos por carneros no aptos y 199.911 lo estarían haciendo con reproductores cuestionados.
Más allá de que cada patología es diferente en su repercusión sobre la performance reproductiva, “las pérdidas en preñez pueden ser altas si tomamos en cuenta que las principales causas de eliminación y/o cuestionamiento son el aparato locomotor (27,64%), testiculares (17%) y epididimarias (6,78%). Sostuvo que “mantener una relación etaria acorde dentro de la carnerada también es parte de un buen manejo. Sabemos que los carneros de cuatro y seis dientes junto a los boca llena son más eficientes que los corderos y borregos para trabajar. Sin embargo, a medida que aumenta la edad de los reproductores, aumentan las patologías”.
Explicó que “es conveniente reponer con borregos de dos dientes anualmente a la carnerada para reemplazar a los no aptos o cuestionados”. La evaluación de la aptitud reproductiva de los carneros pre servicio o venta “es fundamental para lograr buenos porcentajes de preñez y garantizar que el o los reproductores están potencialmente aptos para cumplir su función. También es aconsejable la revisación post servicio”.
Consideró que esta herramienta debe ser adoptada dentro de un paquete de medidas que incluyen el manejo de los vientres previo, durante y posterior al servicio. El Secretariado Uruguayo de la Lana (SUL) y el Instituto Nacional de Investigación Agropecuaria (INIA) trabajan desde hace muchos años en extensión y asesoramiento al productor para lograr más y mejores corderos destetados.
Se refirió en su exposición al Examen Objetivo General (EOG): “Este comienza con el o los carneros sueltos en el brete, no más de cinco por vez, para detectar ya de entrada las patologías grandes de fácil visualización. Se aprecia la conformación, tamaño y aparato locomotor (desplazamiento)”.
Luego se va tomando cada carnero en forma individual. Parado y sujeto por un operario, se revisa columna, tórax, nuca y testuz. También lana y piel. El estado corporal se efectúa palpando la prominencia de las apófisis espinosas de las vértebras lumbares y la agudeza y grado de cobertura de grasa de las apófisis transversas de dichas vértebras. Después se sienta al carnero y se revisa boca, ojos, presencia o no de cuernos o tocos, “seguimos por cuello y encuentro, miembros anteriores, pecho y miembros posteriores. Se buscan los ganglios más importantes de cada región”. En cuanto al Examen Objetivo Particular (EOP), señaló que “este concentra toda la atención en los órganos que conforman el aparato reproductor. Comenzamos por el escroto y sus contenidos (testículos, epidídimos, cordones espermáticos). Tomamos la bolsa escrotal para palpar su grosor y textura, a la vez que inspeccionamos su contorno. Luego traccionamos suavemente ambos testículos hacia el extremo distal de la bolsa, evaluamos simetría y desplazamiento. Posteriormente palpamos individualmente cada testículo, epidídimo, cordón espermático y anillos inguinales”.
RESULTADOS
Sobre los 5.006 reproductores evaluados, un 87,50% son aptos, mientras que 4,711% son cuestionados. Esta definición se le atribuye a carneros que no logran alcanzar los criterios de aptitud, pero tienen chances de recuperarse con un tratamiento adecuado (algunos los identifican como diferidos). “Por último, tenemos un 7,79% que son considerados como no aptos para la reproducción por el tipo de alteración o lesión que presentan y no cumplen los requisitos mínimos para realizar un servicio satisfactorio”, afirmó.
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