Locales | 15 Jun Walter P. Chrysler introdujo la marca De Soto cuando corría el año 1928. Cuando la producción de los primeros automóviles estuvo lista a finales de 1928, eran muchos los concesionarios que ofrecían el modelo Premier Six de 1929.
La demanda se puso por las nubes. Durante los 12 primeros meses la producción de De Soto alcanzó las 81.065 unidades. Construyó más autos durante su primer año que Chrysler, Pontiac o Graham Paige, y se dice que este récord se mantuvo casi 30 años.
El automóvil De Soto presentaba ventajas de ingeniería con respecto a la competencia por ese tiempo. Entre ellos se destacaban una bomba de aceite y frenos hidráulicos que eran opcionales, o simplemente no eran ofrecidos por las marcas de esa época. Tenía detalles como el limpiaparabrisas estándar automático, llaves especiales de contacto, luces de freno y una completa instrumentación.

UN REFERENTE
En el taller de Danilo Rocha encontramos un automóvil De Soto de 1929 impulsado por el motor Chrysler de seis cilindros. El auto ha sido reparado y está en la etapa de terminación de la pintura, donde se combinan colores bordó con beige y negro. Mientras que el motor se hizo a nuevo.
El auto pertenece a Erwin Schafer, quien hace alrededor de tres años lo tiene en su poder. Es un auto grande, cuatro puertas, con tres cristales por cada lateral, parabrisas, luneta trasera, guardabarros y estribos. El tanque de combustible se ubica por afuera, a popa.
Se le hizo la instalación eléctrica y también el tapizado. En el momento de tomar las fotografías faltaban instalar los faros, que se ubican en la barra horizontal a los lados del torpedo del motor. Este De Soto, tal cual lo marcábamos al comienzo de la nota, tiene frenos hidráulicos de fábrica.
Sin duda, todo un referente de una marca, de un automóvil muy exitoso en su tiempo.

APUNTES TÉCNICOS
Motor: De seis cilindros en línea. Embrague: Multidisco. Caja de cambios: De tres marchas. Frenos: Hidráulicos. Suspensión: Elásticos y brazos.