Paysandú, Viernes 19 de Junio de 2015
Locales | 15 Jun En el período de unos dos años, la Dirección General Impositiva (DGI) tiene previsto invitar a unas 50.000 empresas a integrarse a la facturación electrónica, destacó a EL TELEGRAFO Christian Nieves, técnico de GS1 Uruguay, del sector de Atención al cliente desde hace 18 años, quien tuvo a su cargo el jueves una charla dirigida a empresarios en el Centro Comercial e Industrial de Paysandú sobre facturación electrónica.
Evaluó que evidentemente a los comercios de barrio llevará mucho tiempo integrarlos a este sistema, que apunta a combatir la evasión y formalizar la actividad empresarial. Pero consideró que a través de los proveedores de esos pequeños empresarios se podrá tener un control aproximado de la actividad y escenario tributario.
Destacó que la empresa en la que trabaja --una asociación civil sin fines de lucro-- promueve “estándares de identificación, como los clásicos códigos de barra que pasan por la caja registradora del supermercado, y eso lo da precisamente GS1 Uruguay”. También incursiona en el área de comercio electrónico “y estamos en Paysandú para exponer sobre este tema de la factura electrónica. Estamos dando a conocer en alguna medida cómo se ha dado la factura electrónica en Uruguay, los avances, qué promoverá la Dirección General Impositiva, que le pedirá a las empresas qué tienen que entrar en factura electrónica”.
Amplió que “hay una normativa que lo regula, que se puede consultar en la propia página de la DGI, hay beneficios para las empresas que son invitadas a entrar en factura electrónica, y también se puede entrar en forma voluntaria. Sobre todo uno de los beneficios importantes es que la DGI permite descontar el 70 por ciento de la inversión de impuestos, lo que es una ventaja muy importante”.
ENLACE CON SISTEMAS
Consultado sobre cómo se incorpora la facturación en la práctica, explicó que “hay diferentes sistemas, pero todos funcionan más o menos de la misma manera. Se enlazan con los sistemas de facturación tradicionales para que los operarios no tengan que cambiar mayormente su operativa, y cumplen un montón de procesos que requiere la DGI en forma transparente, entre ellos generar el documento, que deja de ser un preimpreso y pasa a ser un archivo y va automáticamente a la DGI, y después varios procesos más”.
Sostuvo además que “uno de lo cambios es, por lo tanto, un archivo que tiene una representación impresa en papel blanco, y ya no es más un preimpreso, como era antes. Esta es una de las pocas diferencias que uno va a ver como usuario, en cuanto a la factura”.
Sobre el tamaño de las empresas que se integran a la facturación electrónica, Nieves manifestó que “ya hay más o menos unas 1.000 empresas grandes que están trabajando con factura electrónica. En tanto a las empresas medianas y las más chicas por medio de los beneficios la DGI les da una mano para poder entrar. Quien no tiene un sistema de facturación y tuviera que entrar incluso en el sistema de factura electrónica, existen sistemas que le permiten facturar manualmente, y sería como hacer la factura en la libreta, pero lo hace en un sistema electrónico”. “Y si no, hay previsto asociaciones con pequeños proveedores de software para que puedan llegar con soluciones más económicas a las pequeñas y medianas empresas”, acotó.
Respecto a si el empresario que se incorpora debe comprar algún aparato específico, subrayó que “hay diferentes opciones, y depende un poco de la arquitectura del sistema que tenga la empresa, de cómo tenga que trabajar. Si uno atiende directamente al público, lo conveniente es tener un servidor local, con la solución corriendo en el lugar, y eso le permite facturar siempre”.
Consideró que “las empresas que dan servicios y demás pueden tenerlo alojado en un data center, en la nube, y así no tienen que administrar software ni hardware. No necesariamente se requiere una plataforma o un sistema especial. Una computadora con Internet sería lo mínimo para acceder a factura electrónica, y de ahí para arriba lo que uno pueda llegar a montar”.
COMERCIO DE BARRIO
AL MARGEN
En cuanto al pequeño comerciante de barrio, evaluó que “por ahora está bastante lejos todavía de la factura electrónica. Lo que proyecta la DGI es primero el ingreso por las empresas grandes después las empresas sede y ahora va a seguir con las de mayor porte dentro de las pequeñas. De aquí a 2017 piensa invitar a 50.000 empresas a la factura electrónica. Pero para el pequeño comercio de barrio me parece que falta bastante más de nivel para que pueda entrar a la factura electrónica”.
Indicó que esta facturación “se enmarca en un proceso de transparencia, y este pedido viene también de la OMC, la Organización Mundial de Comercio, que solicita transparencia electrónica, que todos los gobiernos sean un poco más seguros a nivel de combatir la evasión fiscal. Alineándose con eso y con la política país, se procura contrarrestar las evasiones”.
“Hay una realidad y es que con este sistema la DGI no solo controla a los pequeños si entran a la factura electrónica, sino también a sus proveedores, porque igual la DGI sabe todo lo que se compra al proveedor. Por lo tanto, hay formas de controlar con factura electrónica sin que la empresa tenga esta factura”, explicó.
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