Opinion | 14 Jun A cien días de la asunción del presidente Tabaré Vázquez, las pulseadas políticas internas y sindicalistas son evidentes y a pesar del silencio oficial, han buscado la manera de manifestarse.
Antes de finalizar el mes de marzo, el Pit Cnt presentó un cerrado discurso en defensa del Fondes, tras los anuncios del ministro de Economía, Danilo Astori, quien manifestó su intención de evaluar los emprendimientos apoyados para evitar asociar el fondo al fracaso de algunos proyectos autogestionados.
Finalmente, el gobierno contempló los reclamos de la central de trabajadores con modificaciones “positivas”, según la evaluación del coordinador, Marcelo Abdala.
Paralelamente, Astori analizaba la conveniencia de avanzar en la construcción del Antel Arena ante las prioridades fijadas por el Poder Ejecutivo en el próximo Presupuesto con enfoque en la educación, infraestructura y seguridad pública. Sin embargo, una delegación encabezada por la ministra de Industria, Carolina Cosse, recorrió las obras que se realizan en el predio donde se erguía el Cilindro Municipal y anunció que finalizarán el 15 de marzo de 2017 porque “el proyecto nunca se detuvo” e incluso será promovido a través de videoconferencia en la Expo que se desarrolla en Milán.
Una referencia aparte merecen los desencuentros por el control de las empresas públicas entre astoristas y mujiquistas, que se demostró con la necesidad de participar en el directorio de Antel; un organismo al que Astori no quiere perder pisada.
El ministro era contrario a la elección del ingeniero Javier Emicuri para la gerencia general, quien estuvo a cargo del proyecto Antel Arena durante la gestión de Cosse. Conclusión: Emicuri resultó electo por unanimidad y nuevamente se impuso la línea del expresidente.
Vayamos al Partido Socialista y observemos al electo intendente por Montevideo, Daniel Martínez, quien quiso postularse a las municipales en 2010 y de esa forma, comenzar una carrera hacia las siguientes presidenciales de 2015. En aquel entonces, el MPP y el Partido Comunista pusieron el grito el cielo, se negaron y postularon a Ana Olivera como candidata única.
Por supuesto que el viernes pasado, cuando Martínez presentó a su equipo de gobierno, se notó demasiado la ausencia de dirigentes del MPP, Partido Comunista y Compromiso Frenteamplista. Era evidente que el tiempo no lo cura todo y a pesar de los abrazos o discursos de unidad durante la campaña electoral, el intendente electo estuvo muchos años “con la sangre en el ojo”. Y tampoco hace falta suspicacia para observar que la comuna capitalina reperfila a dirigentes con pretensiones de realizar movidas mayores.
Es así que las diferencias se sienten y el presidente aparece muy poco en las pantallas. Ocurre que se encuentra sumergido en desprolijidades heredadas y si hablara desataría un tornado importante.