Paysandú, Miércoles 24 de Junio de 2015
Policiales | 18 Jun Un hombre y su pareja fueron encarcelados luego de comprobarse que sometieron a la hija de la mujer, al menos durante cinco años, a atroces vejámenes sexuales en su propia casa, según se comprobó como corolario de un procedimiento de la Unidad Especializada en Violencia Doméstica.
Los abusos quedaron al descubierto cuando la joven, quien actualmente tiene 16 años, se presentó junto a un familiar en esa unidad para dar cuenta de los abusos a los que fue sometida desde que tenía 11 años. A raíz de la denuncia, se pudo comprobar que hasta hace aproximadamente un año la menor vivía con su madre D.M.D., de 32 años, y la pareja de ésta E.F.A., de 35, en una casa en un barrio cercano al centro y carente de problemas socio-económicos.
DEL “JUEGO” A LA VIOLACIÓN
El hombre, poseedor de antecedentes penales por un delito de similar naturaleza, comenzó a tocar a la menor --entonces una niña-- en sus partes íntimas como si se tratara de un juego, cuando la madre se retiraba del hogar a trabajar, prolongándose los manoseos al punto de que E.F.A. logró que la pequeña se habituara a ellos y los considerara normales.
Esta práctica comenzó a reiterarse hasta convertirse ya en actos que incluían contacto sexual sin penetración. A medida que los vejámenes fueron aumentando de gravedad, D.M.D. comenzó a sospechar la existencia de algo fuera de lo normal entre su pareja y su hija hasta que ésta se lo confirmó, pero no denunció el hecho ya que tanto ellas como sus hijos eran víctima de violencia física y verbal por parte del hombre. Cuando aún la víctima era una niña, su padrastro intentó que su hermano, dos años menor, mantuviera relaciones con ella y, al no lograrlo, lo golpeó como castigo.
CON SU PROPIA MADRE
Finalmente, los abusos llegaron a su peor manifestación cuando, en más de una ocasión, E.F.A. obligó a la menor a mantener relaciones con su propia madre, mientras él se autocomplacía. Al crecer, la joven habría comenzado a ausentarse frecuentemente de la casa con el propósito de evitar los abusos hasta que, hace aproximadamente un año, se fue a vivir en casa de familiares. De todas formas, la víctima mantuvo en silencio lo que vivió en casa de su madre hasta que su novio descubrió en el celular de la joven mensajes de texto enviados por el padrastro y la madre para intimarla a retornar a la casa. Ante esto, la adolescente ya no pudo seguir ocultando los abusos a los que había sido sometida y los relató pormenorizadamente a su novio, a sus familiares y finalmente a los efectivos de la dependencia especializada.
Inmediatamente, fue detenida en primera instancia la madre de la víctima, quien corroboró lo denunciado por su hija, incluyendo lo referente a su propia participación en los vejámenes. Argumentó que no lo había denunciado por temor. Una vez obtenidos estos y otros elementos de prueba, fue detenido E.F.A., quien admitió las acusaciones en su contra.
La Justicia Penal dispuso la conducción de los implicados y, tras tomar declaraciones, el procesamiento con prisión del hombre de 35 años por reiterados delitos de violación especialmente agravados y reiterados delitos de atentado violento al pudor especialmente agravados. También el procesamiento con prisión de la mujer por reiterados delitos de omisión a los deberes inherentes a la patria potestad.
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