Paysandú, Jueves 25 de Junio de 2015
Opinion | 20 Jun Datos oficiales dados a conocer en las últimas horas respecto al mercado de trabajo confirman una lenta pero sostenida tendencia a la reducción de puestos laborales en el sector privado --el único afectado por los vaivenes de actividad, naturalmente, ante la inamovilidad en el Estado-- y es así que las cifras indican que en abril hubo un aumento del desempleo que lo llevó a sus niveles más altos de los últimos seis años.
Analistas privados consultados por El Observador esperan que la tendencia continúe y que el mercado de trabajo refleje una reducción del empleo, aunque el instituto Cuesta Duarte --que asesora a la central de trabajadores Pit Cnt-- sostiene que la suba del desempleo es coyuntural.
No es novedad que el Pit Cnt desestima el impacto del cambio de ciclo económico en la actividad local, pero la realidad indica que no hay forma en que se logre un ajuste en los números en rojo de las empresas si no bajan los costos o aumentan los ingresos --o las dos cosas--.
En el caso de las empresas, los números en rojo significan quedar a la vera del camino, y si no se establecen ajustes adecuados, se pierde la fuente de trabajo para todos; tal como tan duramente nos mostró recientemente Ecolat, Chery Motors y ahora la empresa láctea Schreiber Foods, todas ellas cerrando sus puertas y yéndose del país.
El punto es que la tasa de desocupación aumentó de 7,3% de la población económicamente activa en marzo a 8,1% en abril, según los datos difundidos por el Instituto Nacional de Estadística (INE). Se trata del mayor registro desde abril de 2009, cuando la economía uruguaya enfrentaba los coletazos del estallido de la crisis económica internacional.
No hace falta hilar muy fino para asumir que esta caída responde a una desaceleración de la actividad económica y consecuente depresión en el mercado, y que por lo tanto deben atacarse las causas de la problemática para que ello repercuta en una mejora en el nivel de empleo.
Por supuesto, una mayor productividad, abatir costos para las empresas tanto desde el punto de vista de los insumos para la producción, como así también cargas sociales y tributaria, son factores genuinos para lograr la dinamización del mercado, lo que solo podría lograrse si el Estado demandara menos recursos al sector privado, y paralelamente, en el caso de la actividad de exportación, lograr una mayor demanda de los mercados.
Mientras estas condiciones no se generen, gradual o coincidentemente, seguiremos con problemas en la tasa de empleo, porque las soluciones no pasan por más reclamos y exigencias de aumentos, sino que hay que ser realistas.
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