Paysandú, Domingo 28 de Junio de 2015
Opinion | 28 Jun En materia del derrotero de la economía no hay quien tenga la bola de cristal, y si este precepto es válido para el escenario internacional, mucho más lo es para los países de la región, incluido Uruguay, que tienen una gran dependencia externa y serio déficit en infraestructura. Además en la última década ha registrado crecimiento pero sin desarrollo, por lo que hay muchos flancos débiles, demasiados, como para pretender que las cosas sigan dándose tal y como venían.
Esta introducción viene a cuento de los elementos que fueron expuestos recientemente, y que deben ser tenidos en cuenta por el gobierno, los actores de la economía y el ciudadano en general, para asumir donde estamos parados y qué es lo que cabe esperar, lo que dependerá naturalmente en gran medida de lo que hagamos o dejemos de hacer, pero sobre todo por incidencia del contexto externo que importamos queramos o no, porque esas son las reglas de juego.
El exministro de Economía de nuestro país Luis Mosca y el expresidente del Banco Central de la República Argentina y exasesor del Banco de Inglaterra, Mario Blejer, al disertar en la Bolsa de Valores en el Foro View, “Economía y Política Internacional” junto al socio director de Bragard & Durán, Jean Jacques Bragard y la socia de la consultora argentina Management & Fit, Mariel Fornoni, señalaron como algunos de los elementos centrales de sus reflexiones que es preciso cuidar el costo de fondeo y enviar señales claras en materia salarial, porque Uruguay debe tomar recaudos ante el fin de la fiesta de liquidez y la crisis europea, que sigue vigente.
La economía mundial tiene un solo motor de cuatro funcionando, la crisis en Europa no ha terminado y la fiesta de liquidez (“dólares baratos”) empieza a llegar a su fin. Con ese panorama, Uruguay debe defender que no se dispare el riesgo país (para que su costo de financiamiento no salte) y enviar señales claras en materia salarial y presupuestal, para que el ajuste no venga por el lado del empleo, indicaron.
Blejer --que fue convocado por el Banco Central Europeo (BCE) a dar su opinión sobre la salida a la crisis en Grecia-- fue muy crítico con la situación actual de Europa y con el euro particularmente.
A su juicio, la economía mundial es actualmente como “un avión cuatrimotor” con “un solo motor funcionando normalmente (que es Estados Unidos y el Reino Unido) y los otros tres (Europa, Japón, China y los emergentes) que no”. El avión “así como está no nos va a llevar muy lejos, pero no está parado en el aeropuerto”, añadió.
“La fiesta (de la liquidez de dólares) empieza a terminar; en Argentina estamos fuera de la fiesta y cuando lleguemos probablemente vamos a llegar tarde”, afirmó el economista, para acotar que la crisis en Europa “no ha terminado” porque los países “tenían un problema de deuda y una forma de resolver el problema fue aumentar la deuda, lo que obviamente no lo resolvió”.
Consideró asimismo que la discusión sobre el problema de Grecia para pagar la deuda se debería resolver achicando la deuda. “Recomendé que fuera al estilo uruguayo (del canje de 2003), no argentino”, y “dije que en otros países la deuda con el banco central (respectivo) no se paga (en Grecia buena parte de la deuda es con el BCE) y casi me echan”, relató.
Mientras tanto, en lo que refiere a nuestro país, el exministro Mosca consideró que en Uruguay “hay que cavar trincheras y defender la prima de riesgo”, con un “costo promedio de fondeo en dólares de 5,2%-5,3%”, que aún con suba de tasas internacionales no debería estar lejos de esos niveles.
“Uruguay no está en recesión, se está desacelerando el crecimiento y es probable que siga ocurriendo”, hay un “ajuste en el plano fiscal lento, gradual” y “no hay ninguna previsión de enfrentar algo dramático de afuera que suponga un corte abrupto de los flujos de capital” así que “todo va a depender de lo que nosotros hagamos”, afirmó Mosca.
Ese es precisamente el concepto a que aludíamos, el de no quedarnos simplemente con tomar lo que viene de afuera, sino el acordar la mejor forma de encarar los correctivos para ponernos más o menos a cubierto de avatares, lo que no es fácil, porque en la década que tuvimos a favor se atendieron urgencias y se descuidó lo importante, es decir las acciones de mediano y largo plazo para no repetir errores que nos han costado caro.
Así, un aspecto fundamental que lejos de enmendarse, se viene agravando sistemáticamente es el de la competitividad, a lo que se refirió también el exministro de Economía en este foro al señalar que tiene serios reparos ante los niveles de competitividad de la economía, de los costos medidos en dólares y que ante ello hay que dar “señales” claras desde el gobierno a través del Presupuesto y la negociación salarial.
Este aspecto es crucial en este momento, sin dudas, cuando se está de cara a la elaboración del presupuesto quinquenal y ya los sindicatos de funcionarios públicos aplican hasta paros “preventivos”, y dicen que el precio deben pagarlo los demás, es decir los actores privados, tanto empresarios como trabajadores. Pero el ajuste en el ámbito privado implica menor rentabilidad y cierre de empresas, menos horas trabajadas, menos salarios y desempleo.
Mosca dijo que el mensaje hacia el sector público debe ser de que “no hay chances” de mejora real del salario en el Presupuesto, en tanto por el lado del sector privado, dijo que “persistir” en mecanismos de indexación y subas por encima de la inflación “sería insistir en que el ajuste sea por cantidad”, es decir menor empleo. “Cuando los ajustes se tienen que llevar a cabo, no hay forma de evadirlos”, resumió. Por supuesto que para la fuerza sindical, esto no es tan así y siempre habrá margen. Pero la economía es un mecanismo de acción y reacción, cuyas consecuencias son inevitables, y forman parte del dilema de hierro al que debe enfrentar el gobierno, cuando se termina la fiesta y la plata fácil que no fue bien aprovechada.
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