Paysandú, Martes 30 de Junio de 2015
Opinion | 24 Jun El intendente de Maldonado gana 14.200 dólares por mes. El intendente de Río Negro recibe 5.100 dólares. El de Paysandú, 7.200 dólares mensuales.
Los datos, aunque conocidos porque están a disposición del público, han comenzado a circular en estos días, previos al cambio de administración departamental. Así surgió el salario que, entre sueldo y gastos de representación, ganará cada uno de los intendentes que asuman en julio. Solamente en siete departamentos no se cobran gastos de representación (Canelones, Cerro Largo, Soriano, Durazno, Rivera, Colonia y Florida), aunque en esos casos, los sueldos son más elevados que la media del resto del país.
Unido a lo que ganan los legisladores --alrededor de 6.800 dólares por mes--, que también fue tema de hace pocos días, ciertamente y a primera vista hablan del despropósito de los sueldos de quienes acceden al gobierno, sea a nivel nacional como departamental.
En España, el alcalde (no existe la figura de intendente departamental) de una población similar a la de Paysandú gana 7.300 dólares por mes, de acuerdo al Ministerio de Hacienda. Casi lo mismo que el intendente de nuestro departamento. Aproximadamente, el intendente gana en un día, la mitad que el salario mensual promedio de un trabajador. Y si se toma el caso de Maldonado, en un solo día, prácticamente lo mismo que un salario mensual de un empleado promedio.
Ahora bien, como queda claro con el ejemplo de España (y se podrían agregar los de otros países), a nivel internacional y para el caso de nuestro departamento, las retribuciones del principal funcionario electo se ajusta a la media internacional.
No obstante, ocurre que el sueldo de los intendentes departamentales determina el de sus principales colaboradores. Esto, obviamente, no es de ahora y no se trata de apuntar al entrante Caraballo que nada ha tenido que ver con la determinación de los salarios. Pero si parece un despropósito que un director general de una intendencia como la de nuestro departamento gane apenas un treinta por ciento menos que el intendente, cuando no son electos y sí personal de particular confianza. Casi cuatro mil setecientos dólares por mes para un cargo de esas características sí parece algo desproporcionado.
Como son desproporcionados al menos cientos de cargos de confianza en todo el aparato estatal. Los sueldos realmente enormes no son los de los electos, sino de aquellos que sin haberse puesto a consideración del electorado, y sin siquiera ser conocidos, ganan “sueldones”, mientras 600.000 trabajadores obtienen trabajando duro todo un mes menos de 15.000 pesos.
Esa es la razón por la que nadie pide que los funcionarios electos se bajen los salarios. Porque ello haría caer cientos --o quizás miles-- de grandes sueldos en cargos de particular confianza, es decir, los amigos políticos.
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