Locales | 28 Jun Los ediles electos en 1971 y cesados por el golpe de Estado el 27 de junio de 1973, fueron homenajeados por la Junta Departamental, en una sesión especial con la mayor concurrencia de público en todo el quinquenio.
Se cumplió así una moción del edil frenteamplista Saúl Villagrán, habiéndose ocupado la Dirección de Cultura de la organización del acto. El presidente del cuerpo, edil Francis Soca, abrió la sesión recordando los momentos vividos cuatro décadas atrás, lo que subrayaron --censurando a los responsables del golpe-- los ediles María Nidia Silva del Partido Nacional, Luis Lopardo del Frente Amplio y Mauricio de Benedetti del Partido Colorado, hablando por sus respectivas bancadas.
Los ediles que estuvieron presentes y recibieron una plaqueta recordatoria fueron: Alfredo Sánchez, Orgelio Cabrera, Roberto Klastornik, Miguel Rippa, Washington Meireles, Miguel Gamundi Crocker, José Demichelis Acevez, Eduardo Etchemendy, Pedro Anchorena, Luis Ferreira Verocay, Lauro García, Juan B. Oholeguy, Julio C. Gazzano, Mireya Aguilera de Molinolo, Carlos María Faggetti. En nombre de Severino Pereira Millot --quien envió una nota de agradecimiento y disculpas por su ausencia-- recibió la distinción su hijo, ingeniero Gerardo Pereira.
También se homenajeó a los exediles Olga Pepe de Gaucher, Edgar S. Valiente, Carlos Torrelli, José Battistessa, Edison María Cruz, Rubens W. Francolino, Guillermo de Torres, Eduardo Saldivia, Julian Ruiz, Carlos Hitateguy y Pablo Mario Gianoni. Una vez concluida la sesión, fue descubierta una placa en el pasillo principal de la Junta Departamental, en la que constan los nombres de los ediles que integraron aquel deliberativo.
EMOTIVOS RECUERDOS
Los homenajeados fueron invitados a hacer uso de la palabra y así lo hicieron Alfredo Sánchez, Pedro Anchorena, José Demichelis, Orgelio Cabrera, Juan Oholeguy y Mireya Aguilera de Molinolo. La única dama entre los homenajeados expresó su agradecimiento y aclaró: “No pensaba hablar, pero pienso que debe haber una voz de mujer en este homenaje. Solo voy a hacer un pedido: ¡por favor, nunca más!”
Por su parte, Oholeguy rescató la memoria “de gente muy respetable, añosa, que supo cumplir su función y dar ejemplo para plantear el ‘fuego’ que en definitiva terminó destruyendo la dictadura. Pienso en actitudes como las de Adolfo Mc Ilriach, que con todos sus años encima fue gaseado en 18 de Julio y Queguay por ‘gurises’ (uniformados) cuyo jefe fue compañero mío de estudios. El mismo espíritu que llevó a que los trabajadores de Paysandú aguantaran hasta el último instante su huelga general contra el golpe de Estado. No puedo dejar de reconocer todos aquellos escritos de Miguel Saralegui en el diario EL TELEGRAFO que bordearon el límite de lo posible, que llevaban a que constantemente hubiera observaciones al diario, cuya orientación yo no comparto pero que fue muy valiente en ese momento y con ello fue ‘fogoneando’ el Espíritu de Paysandú’ que reventó el poder. Creo que eso es lo que debemos homenajear, más que la actitud nuestra como ediles”. Así, todos quienes hablaron en una sala que los acogió en el lejano febrero de 1972 cuando asumieron sus funciones de representantes de la ciudadanía, trajeron al presente situaciones vividas más de cuatro décadas atrás y coincidieron en el valor de la democracia y la libertad de elección de las autoridades de gobierno.