Rurales | 02 Jul El último informe del USDA recortó las previsiones en cuanto al área de siembra y stocks de soja, que afectó sensiblemente los precios con una variación muy importante en la tarde de este martes, y que “prácticamente nadie esperaba”, aseguró a EL TELEGRAFO el ingeniero agrónomo Luis Simean, gerente de la filial Paysandú de la Cooperativa Agraria Nacional (Copagran).
“Todos los pronósticos indicaban que no habría variaciones importantes en el precio, sin embargo este recorte estuvo asociado a los problemas climáticos de Estados Unidos y determinó que pegara un salto importante”, precisó el técnico sanducero.
Al mediodía de este miércoles, la soja en Chicago estaba en el entorno de los 380 a 385 dólares la tonelada. “Aún el mercado no se reacomodó y falta ver un poco con qué prima ajustan los operadores esos valores de Chicago, pero la suba fue significativa y no estaba en la expectativa de nadie”. Simean sostuvo que “esta suba es muy bienvenida porque mejora el ánimo de los productores y la posible intención de siembra para la zafra que viene”.
Consideró que las subas “son en el entorno de 15 a 20 dólares, que era lo que se venía manejando hasta ahora; seguramente habrá un reacomodo, pero estamos hablando de unos 360 dólares la tonelada”.
El profesional local entiende que “todo dependerá de qué sucede con el clima. Hay una turbulencia financiera también asociada a este problema con Grecia, por lo que estamos en momentos de variaciones importantes en los mercados, pero habrá que esperar unos días más para ver qué sucede”.
Indicó que la mayoría de la gente “había tomado una posición con relación a la soja disponible, porque no había expectativa de una recuperación de precios tan rápida, por la falta de liquidez que hay en el mercado. Seguramente, a quien le quede algún saldo podrá aprovechar este momento”.
El gerente de Copagran consideró que “si se mantienen los precios, se consolidará un área importante de siembra de verano. Los productores ya están mirando a la próxima zafra y este repunte de precios ayudará a la toma de decisiones, seguramente tomando alguna cobertura de precio pensando en el año que viene”.

DEMANDA INUSUAL
Lo concreto es que la soja subió ante una demanda inusual que se dio este martes, sostiene el informe elaborado por Fimix Agrofinanzas.
Si bien ya se sabía que los reportes del USDA sobre área sembrada y stocks trimestrales no contemplaban los efectos de las fuertes lluvias e inundaciones de los últimos días en Estados Unidos, los números informados este martes fueron sorpresivos para el mercado, tanto en área de maíz --la menor desde 2010--, como de inventarios al 1º de junio para soja, menores a lo esperado.
Los inversores aprovecharon entonces a pasar esos números por el tamiz de los precios, donde quedó en evidencia que no se encontraban en el mismo lugar. Las posiciones fuertemente vendidas de los fondos hicieron el resto, operando como gatillo para la búsqueda de cierres de negocios, vía compras, que hizo saltar los precios. Las calidades en caída informadas durante la víspera no hicieron de otra cosa que de yesca para que el fuego de los precios tomara desde el piso hasta el techo de las pantallas.
De todas formas, es prudente reflexionar que estas reacciones son originarias en Chicago, mientras, el resto del mundo (América del Sur) tiene soja hasta por la orejas, lo que tarde o temprano debería volver a pesar, sobre todo cuando quienes lo demuestren sean los compradores chinos, que prefieren sacar el pie del acelerador y dejar que los precios se asienten.

TRIGO
El ingeniero agrónomo Luis Simean explicó que el área de invierno en lo que refiere a cebada “está muy consolidada en la zona y prácticamente está finalizada la siembra con un área muy similar a la del año pasado, concretándose una reducción importante del trigo”.
Agregó que “se aprecia una recuperación del precio en Chicago que posiciona a la cebada en el eje de los 220 dólares la tonelada, empujando a quien estaba en la duda por la siembra de cebada”. El trigo subió en ancas de los cultivos de verano, al tiempo que ignoró los datos de cosecha informados en la víspera --que se puso a tiro en solo siete días-- además de la evolución positiva en las calidades, ambos elementos que a priori podrían haber sido bajistas.