Opinion | 30 Jun La semana anterior quedó inaugurada la red de paneles fotovoltaicos en Cerros de Vera, localidad del departamento de Salto que, según el último censo, tiene una población de 160 habitantes, 58 residencias, escuela pública, policlínica y comisaría, tratándose de la primera localidad uruguaya en contar con electricidad basada en energía solar.
El principal cambio que sintieron los habitantes del pueblo con la llegada de los paneles fue el silencio. “Durante 20 años veníamos escuchando el ruido del motor todo el día”, comentó a El Observador Elva María Leites, que tiene 56 años y es oriunda de este pueblo, por cuanto la red de energía era hasta ese momento abastecida por generadores diésel. Al principio el generador comenzó a utilizarse ocho horas al día, al año se aumentó su uso a 16 horas, para pasar a funcionar durante todo el día, según da cuenta El País.
Mientras tanto, hace pocas horas quedó inaugurada en Dolores la planta de energía fotovoltaica privada que por el momento es la más grande del Uruguay, conectada a la red de UTE con 155 kilovatios pico, el equivalente al consumo de unos 100 hogares.
Este proyecto fue impulsado por Tecnova Renovables, una empresa que tiene varios emprendimientos de energía limpia en Uruguay. Cuenta con equipos de expertos españoles en la materia asociados a capitales de China, desde donde proviene gran parte del equipamiento, y precisamente en unos seis meses espera tener inaugurado el parque fotovoltaico del parque tecnológico industrial de Casa Blanca, cercano a la capital sanducera, a través de una alianza estratégica con la Intendencia departamental, para una generación de casi dos megavatios.
En el caso de un emprendimiento privado en silos de Dolores, Ricardo Etchazarreta, propietario del Centro de Acopios de El Chajá del Litoral SA, ubicado en Ruta 21 dijo que la energía excedente se vende a UTE, y que “la idea es que se pague en seis años, mientras el proyecto es por 10 años con posibilidad de renovarlo”.
Señaló que con esta inversión de entre U$S 300.000 y U$S 400.000, cubrirá la mitad de la demanda de energía de la planta de silos, “pero cuando esté parada voy a estar generando para cuando lo precise, poder descontarlo”, añadió.
Mauro Westch, representante de Tecnova Renovables consideró a su vez que esta iniciativa marcará “un antes y un después” porque permite a los respectivos emprendimientos el autoabastecimiento de energía, además de la comercialización de excedentes como parte del proceso de microgeneración privada.
Siguiendo la línea de episodios que van en la misma dirección, el sábado, en el Parque Industrial y Tecnológico ubicado en el Camino a Casa Blanca Tecnogroup llevó a cabo la entrega de diplomas del curso “Instalación de Sistemas de Energía Fotovoltaica”, en una ceremonia que contó con la presencia de autoridades nacionales y departamentales. Tecnogroup, a través de un convenio entre su filial Tecnova Renovables, el Instituto Nacional de Empleo y Formación Profesional (Inefop) y la Universidad del Trabajo en Uruguay (UTU), encabezó este primer curso de capacitación con el objetivo de formar personal especializado que pueda integrarse a las obras asociadas a los proyectos fotovoltaicos, permitiendo seguir generando mano de obra local.
En este caso casi una veintena de personas, entre ellas varias mujeres, siguió el primer curso, que contó con aspectos teóricos y prácticos. Tras su finalización, los egresados pasaron a integrarse a la plantilla de la empresa.
Estos elementos, de relativa proyección tomados aisladamente, forman parte sin embargo de una cadena de hechos que en sumatoria convergen en el proceso de cambio de matriz energética que se desarrolla en nuestro país, en el camino hacia las energías renovables, en la búsqueda además de una diversidad de fuentes que en su conjunto apuntan a sustituir impulsores fósiles y contaminantes, como el petróleo, para lo que sin dudas todavía queda un largo camino a recorrer.
Debe tenerse presente que son cada vez más los países que optan por buscar fuentes de energías renovables, entre las cuales figura la solar o fotovoltaica. Esta naturalmente puede desarrollarse con mayor eficacia en países como Uruguay, sobre todo en el norte del río Negro, que cuenta con muchas horas de luz solar al año, para lo que es preciso contar con la tecnología adecuada e inversores.
La energía solar puede ser utilizada mediante placas fotovoltaicas que están formadas por materiales semiconductores y que son las encargadas de transformar los rayos del sol en electricidad.
La colocación de las placas o paneles fotovoltaicos no es el único aspecto a tener presente, sino que también se necesita un sistema de acumulación debido a que los consumos no coinciden con los momentos en que hay sol.
Pero la ventaja está en que al estar conectados a la red de distribución de UTE, la empresa estatal puede usar esa energía durante las hora de luz solar, reservando agua en las represas hidroeléctricas para generar durante la noche, sin necesidad de consumir petróleo o gas en las usinas térmicas. Y quizás en algún momento, cuando todo el sistema renovado esté funcionando a pleno --con aerogeneradores, plantas fotovoltaicas, usinas de biocombustibles, etcétera--, hasta quizás no sea necesario quemar más petróleo para producir electricidad.
Y precisamente una de las inversiones más importantes que ha recibido el país en esta materia corresponde a la planta del parque tecnológico de Casa Blanca, que implica la incorporación de mano de obra local tanto en su montaje como en el mantenimiento y la instalación posterior, en este caso con una veintena de técnicos recientemente formados para trabajar en esta modalidad, en otra faceta positiva de la sumatoria a que nos referíamos.
En definitiva, un paso más en la dirección correcta, luego de tantos años apostando a los combustibles fósiles y la importación de energía desde países vecinos, que nos volvía altamente dependientes.