PADRES DE GUICHÓN

Locales | 02 Jul Una pareja denunció que su hijo de tres años sufre alergias en su cuerpo por el polvillo que llega a su casa cuando maquinan soja en el predio de una importante empresa agrícola. La familia vive en un complejo de viviendas de Mevir ubicado a 60 metros de la empresa.
Los padres del niño consultaron al Grupo de Vecinos de Guichón en Defensa de los Bienes Naturales qué podían hacer ante esta situación, según relató Marcelo Fagúndez, integrante de la organización que ha planteado anteriores denuncias sobre fuminación. “En abril del 2013 nuestra organización denunció un evento de contaminación en el barrio de Mevir 1”, dijo a EL TELEGRAFO Fagúndez, quien agregó que en la zona de esta importante empresa agrícola se fumigó y la sustancia llegó a las casas de los vecinos.
La organización hizo la denuncia al Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca (MGAP), y luego tomó cartas en el asunto el Ministerio de Salud Pública (MSP) a través de la Dirección Departamental de Salud. “Algunos vecinos nos manifestaron que experimentaron irritación en la piel y también problemas respiratorios en ese momento”, afirmó Fagúndez.
También dijo que se advirtió que a 20 metros de la planta hay un hogar del Instituto del Niño y el Adolescente de Uruguay (INAU), al que en ese momento concurrían 40 niños, de los cuales ninguno resultó afectado ya que no se encontraban debido a la Semana de Turismo. “Sí afectó a una vecina que vive en la zona del local del INAU”, indicó.

SIN RELACIÓN
En el caso denunciado en 2013, “después de un año de investigación, el MSP nos informó que no había relación entre los problemas que señalamos y la fumigación que se realizó en la planta”, señaló Fagúndez. La normativa del MGAP establece que se prohíben las aplicaciones aéreas de productos fitosanitarios en todo tipo de cultivo a una distancia inferior a 500 metros de cualquier zona urbana o suburbana y centro poblado. También se prohíben las aplicaciones terrestres mecanizadas de estos productos en cultivos extensivos (cereales, oleaginosas y forrajeras) a una distancia inferior de 300 metros de cualquier zona urbana o suburbana y centro poblado. Quedan exceptuadas las aplicaciones de agentes de control biológico.
Fagúndez sostuvo que días pasados los padres del niño afectado se acercaron a ellos para manifestar que, probablemente, debido al polvo que llega a su casa de la empresa cuando maquinan soja, el menor sufre de alergia en su piel. “Pasaron más de dos años de esa situación y los posibles daños causados por el uso de venenos en esa planta siguen apareciendo”, señaló el vecino, quien compartió esta información con el grupo Paysandú Nuestro, que difundió las fotos y la denuncia en la red social Facebook.
Por otra parte, Fagúndez recordó que esta empresa fue denunciada por arrojar envases de agroquímicos en el vertedero municipal de Guichón en 2011, y recibió una intimación de la Dirección Nacional de Medio Ambiente (Dinama). “Nuestra organización tiene todos los documentos de ese caso”, aseguró.