Paysandú, Miércoles 08 de Julio de 2015
Locales | 05 Jul La activista femenina Lilián Celimberti comentó a EL TELEGRAFO que tras la aplicación de la ley de cuota política, “en las juntas departamentales de todo el país hubo un crecimiento de mujeres en la representación, oscilante entre el 12% y 20%; en algunos departamentos ese crecimiento fue muy notorio y en otros, menor. Según nuestro criterio electoral y en el caso de las elecciones nacionales, la cuota impacta en una jurisdicción nacional (el Senado de la República), no así en la Cámara de Representantes, puesto que la pluralidad de listas y la cuotificación de diputados por departamento determinan que no sea factible. Aún cuando los partidos políticos hayan cumplido la cuota, en más del 90% de las listas se dio lo que llamamos un ‘cumplimiento minimalista’. Es decir que la cuota se tomó como un porcentaje obligatorio y no como un piso, en el que la mayoría de las listas colocaron a las mujeres en tercer lugar”.
Celimberti aseguró que “la Corte Electoral y las listas debían tener esa cuotificación, lo que a su vez no resuelve todos los problemas porque se puede recurrir a ocupar cargos con vínculos no estrictamente políticos, sino personales, adherentes a nivel personal y no participativas a nivel general. Porque estamos hablando de la representación política de las mujeres, no solo de que haya mujeres y no sé si se entiende la diferencia porque es un poco sutil”. Esto determina que “las mujeres en todos los partidos políticos del Uruguay son adherentes y votantes, pero también activas participantes. Pero esas mujeres, por razones que tienen que ver con una discriminación de género, suelen quedar excluidas de la negociación de las listas que resuelve los lugares, quién va primero, segundo o tercero, que no tiene nada que ver con una convención, asamblea, voto interno ni nada”.
QUIEREN PARTICIPAR
La activista sostuvo que, pese a todo, “comienza a haber mujeres en todos los partidos que disputan lugares y dicen: ‘yo también quiero participar’. En varias juntas departamentales hay un crecimiento de edilas, en algún caso llegando al 22%. Si se compara con las elecciones del 2010 (cuando era un 8% promedio), pasó que hubo una obligatoriedad de colocar mujeres. Pero en forma paralela, hubo una disminución en el tercer nivel de gobierno departamental que --casualmente-- es un espacio remunerado, porque los alcaldes perciben su sueldo, pero los ediles siguen siendo honorarios (cosa que es absurda desde mi punto de vista) y aclaro también que, en esto de las alcaldesas, Paysandú está muy bien en el porcentaje total”.
La activista evaluó que en Paysandú “habrá un gabinete paritario y joven en la Intendencia, dos cosas que en Uruguay son novedosas. Tenemos que pensar que los jóvenes no sienten la misma proximidad que nosotros (con años encima) con ese sistema y por ello la renovación de la política es importante. Hay que tener en cuenta que la política es un espacio de poder y quien lo tiene no quiere compartirlo tan fácilmente, pero hay una nueva sensibilidad en la sociedad en todos los partidos y en todos los niveles, que no tiene nada que ver con lo político, sino que es transversal a todos los partidos”.
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