Opinion | 07 Jul Mil jubilados uruguayos disponen de las primeras tablets entregadas por el Plan Ibirapitá, que este año distribuirá 30.000 dispositivos similares en 12 ciudades del interior del país entre aquellos pasivos que ganen hasta 24.400 pesos y prevé llegar a 400.000 entregas en el 2020.
Habiendo sido definido como prioritario por el Poder Ejecutivo, Ibirapitá tiene el objetivo de promover la inclusión digital y la equidad, ofreciendo a los adultos mayores la posibilidad de disfrutar los beneficios del uso de las TIC.
Actualmente, la brecha digital es muy grande entre las personas mayores de 65 años, puesto que en el primer quintil de la población menos del 25% de las personas tiene acceso a la computadora, en tanto que la mayoría del total de las personas mayores de esa edad que tiene acceso a un computadora en su hogar no la usa porque no sabe cómo utilizarla.
Las tablets del Plan Ibirapitá cuentan con accesos directos a multimedia, juegos, redes sociales (como Twitter, Facebook, Skype, YouTube y también Netflix y Spotify), espectáculos, utilidades, trámites y gestión, salud (que incluye un botiquín y un calendario de medicamentos), y “mis aplicaciones”. El proyecto, que está en sintonía con los planes de desarrollo de gobierno electrónico y la Agenda Digital de nuestro país, involucró el trabajo conjunto de Plan Ceibal y Agesic para definir los accesos directos que permitirán obtener a información o hacer trámites del Estado, páginas sobre servicios y beneficios del BPS, información acerca del Plan nacional de envejecimiento y vejez o un ingreso al sitio del Instituto Nacional del Adulto mayor, fecha y lugar de cobro de jubilaciones, vías de contacto para realizar consultas sobre trámites y servicios estatales, entre otros.
A partir del 15 de julio los jubilados podrán inscribirse para recibir capacitación sobre el uso de las tablets. Luego podrán acceder a los cursos y se les entregará una tablet en el marco del sistema gradual de entregas del plan. Brindar capacitación específica es necesario por las características de la población destinataria del plan, pero también una lección aprendida a partir de las dificultades del Plan Ceibal. Las familias, en especial los integrantes más jóvenes, tienen también un rol a cumplir para facilitar el aprendizaje y la autonomía en el uso de la tecnología, pero será necesario que también se dispongan de dispositivos de atención permanente para consultas en forma independiente a la capacitación inicial.
El Plan Ibirapitá podrá tener éxito si supera en primera instancia las dificultades instrumentales en el uso de la tecnología, pero especialmente si las tablets resultan útiles a los ciudadanos como medio para informarse y tomar decisiones que le permitan una mayor calidad de vida. Ese es el todo desafío. Y está todo por hacer.