Opinion | 08 Jul “Ha fallecido Amparo Ariza Gómez a los 88 años. Su funeral será esta tarde en la Iglesia de Jun, a las 20.30 horas”. A media tarde de ayer este fue el tuit que les llegó a todos los habitantes de Jun, desde la cuenta Obituario de Jun, un pueblo de 3.500 habitantes a tres kilómetros de Granada, en el sur de España. Se trata de una comunidad que basa su comunicación en la red Twitter y que hoy sorprende al mundo.
Una hora después, el alcalde de Jun, José Antonio Rodríguez twiteó: “En estos momentos la BBC nos entrevista a través de Skype. Atrás quedan aquellas entrevistas presenciales”.
La primera consecuencia del uso masivo de la red de los 140 caracteres es que en el ayuntamiento ya nadie hace fila. No es necesario, porque hasta los trámites se solicitan por Twitter y cuando están listos, por Twitter se comunica.
Todos los empleados del municipio tienen una cuenta de Twitter. El barrendero publica fotos de los trabajos que hace cada día, y lo mismo pasa con quienes arreglan las calles. La gente está informada al minuto de todo lo que el municipio hace. Y cómo lo hace.
Juan Olmedo, un empleado municipal, escribió: “Hecho arreglo solicitado por vecino”, junto a las imágenes de antes y después de una alcantarilla arreglada y el hashtag o etiqueta #Junresponde.
Esto ha resultado tan innovador que hasta el prestigioso Massachussets Institute of Technology (MIT), de Estados Unidos, tras estudiar el caso, ha alabado el modelo y pretende extrapolarlo a grandes núcleos urbanos.
Nada mejor que un comienzo para la innovación. Por eso es que para Paysandú es tan apropiado conocer los logros alcanzados por este pequeño municipio español, ahora, cuando en horas asumirá una nueva administración, que se hará cargo de la Intendencia, por un lado, y de siete municipios, por otro.
Pues bien, si Guillermo Caraballo tiene la cuenta de Twitter @2015guillermo, aunque está inactiva desde el fin de la campaña electoral, bien podría comenzar a experimentar paulatinamente con un cambio tecnológico profundo para Paysandú. Porque así como los empleados municipales informan al minuto de sus trabajos, los vecinos plantean sus necesidades y --en Jun-- participan de las reuniones públicas del ayuntamiento enviando comentarios que se leen a los presentes.
Mucho se habla de descentralizar el poder. Lo primero es hacer horizontal la información y eso se logra usando una herramienta al alcance de todos. Twitter lo permite, tal y como el caso Jun, que pronto será replicado en Nueva York, Chicago y Boston, pues es un claro ejemplo de tecnología aplicada a mejorar la vida de los ciudadanos.
Lo bueno que ocurre allá lejos bien merece ser tomado como ejemplo y aplicado aquí, en nuestro entorno. Solo se trata de empezar. Y como por comenzar está una nueva administración, este puede ser un buen momento.